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J. SAINZ jsainz@diariolarioja.com
Jueves, 3 de junio 2010, 12:00
Visitar el Museo Würth La Rioja en los próximos meses debería ser obligatorio. Ayer fue inaugurada en su sede de Agoncillo la extraordinaria exposición 'La mirada del coleccionista', una selección de 120 piezas de 54 autores de los siglos XX y XXI, entre los que figuran maestros del arte contemporáneo como los españoles Picasso, Manolo Valdés y Barceló; los norteamericanos Pollock y Julian Schnabel; los británicos Anthony Caro y David Hockney; los franceses Georges Bracque y Jean Dubuffet; el mexicano Rufino Tamayo; el japonés Jazuo Shiraga, y el italiano Mimmo Paladino, así como más de treinta alemanes, de Kirchner y Schlemmer a Kieffer.
Son obras, pinturas y esculturas en su mayoría, correspondientes a las adquisiciones en los últimos tres años de la Colección Würth, que supera ya las 12.500 piezas y que demuestra de este modo ser una de las colecciones privadas más importantes de Europa, pero, además, una de las más accesibles al público. Esta exposición, comisariada por Werner Spies y la directora de la colección, Sylvia Weber, fue producida el año pasado para el Museo Würth en Künzelsau (Alemania), pero contiene novedades importantes como 'Hombre con espada', de Picasso.
Teniendo en cuenta que su museo en La Rioja, uno de los catorce centros de arte que posee Würth en el continente, abrió hace dos años y medio con una colectiva de escultura y que posteriormente ha tenido monográficas dedicadas a José Gimaraes, Gao Xingjian y Christo y Jeanne-Claude, la presente exposición, que podrá verse hasta febrero, quizás sea la mejor de cuantas ha programado, debido a su gran variedad y a la importancia de buena parte de sus firmas.
En ella, explica Weber, se muestran algunas de las tendencias que determinaron el desarrollo artístico del siglo XX, como el expresionismo alemán, la Bauhaus, el informalismo, el expresionismo abstracto, la abstracción lírica, la abstracción geométrica, el neoexpresionismo, el arte pop o el videoarte.
Entre las obras que contiene se pueden destacar 'Genius', de Max Beckmann, pintada en 1945 durante su exilio en Amsterdam; las '10 Figurillas' para el 'Ballet Triádico', de Oskar Schlemmer, diseñadas en 1935 para el ballet basado en las tres formas de la Bauhaus; 'El Tragacañas en Veracruz', de Tamayo, uno de los artistas mexicanos más reconocidos del siglo pasado; 'Ira', de George Baselitz, excelente ejemplo del nuevo expresionismo alemán; 'Claudia Quinta', de Anselm Kiefer, o la videoproyección 'Trip time', de Tony Oursler.
'Biblioteca' y 'Espadachín'
Pero quizás sean dos piezas de autores españoles -y no por localismo- las más significativas del conjunto: por un lado, 'Biblioteca con luz blanca', obra realizada en 1986 por el mallorquín Miquel Barceló en la que combina magníficamente y con gran sobriedad materia, pintura y tradición literaria. Sirve, por algo, como imagen gráfica de la muestra en cartelería y catálogo.
Por otro lado, el ya mencionado Picasso, además de suponer la principal incorporación a la exposición española, es posiblemente su pieza más atractiva y seguramente la más cara. Este 'Hombre con espada' procede de una serie de 'espadachines' pintados por el artista malagueño durante el verano de 1969 y no había sido expuesto en España hasta el momento.
En junio del año pasado uno de estos 'espadachines' fue adquirido en una subasta en Londres, en Sotheby's, por 12,3 millones de euros, una de las mayores cifras pagadas hasta entonces por una pintura impresionista. Un día antes, otra casa de subastas londinense, Christie's, había vendido otro 'espadachín' por 6,6 millones. Pero el cuadro que puede verse en el museo riojano no es ninguno de esos dos, sino un tercero de la serie que fue adquirido con anterioridad por Würth a la familia francesa de Picasso por una cantidad desconocida.
Pero, por encima de nombres tan importantes tomados de uno en uno, es la suma de todos ellos lo que da especial valor a esta exposición y, por extensión, al conjunto de la difícilmente imaginable Colección Würth. «El protagonista es la propia exposición», afirmó ayer en la inauguración Juan Ramírez, director del Museo y responsable de la compañía en España, quien ensalzó el «mimo» del coleccionista en la selección de sus adquisiciones y su «generosidad» al compartirlas.
El industrial alemán Reinhold Würth compró su primera obra en los años 60; era 'Wolkenreflexion in der Marsch', del expresionista Emil Nolde. Hoy en día la Colección Würth, asesorada por un consejo que preside Werner Spies, exdirector del Pompidou de París, atesora un imponente patrimonio de arte contemporáneo y lo expone en sus propios museos en Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Francia, Holanda, Italia, Noruega, Suiza y España. «Museos de autor», como los denomina Ramírez. Como el de Agoncillo, desde ayer, más y mejor museo que nunca.
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