Los riojanos se centran en la Copa EHF, ante un Dunkerque que asusta

Cambio. La noche del martes trajo para el Naturhouse un cambio. Cambio de cara, porque el equipo triste que venía de atrás encontró la alegría. Cambio de juego, hacia algo que se parecía mucho más a lo que este equipo hizo en sus mejores momentos de la primera vuelta.

Y, al fin, cambio de tercio. Porque en el momento en que sonó la bocina del minuto 60 en el Palacio, el Naturhouse se puso el otro uniforme que viste esta temporada: el de equipo europeo.

Porque ahora a los riojanos les toca viajar hasta Dunkerque para jugar el primer partido de los cuartos de final de la Copa EHF, ese histórico estreno continental de un equipo riojano. No será un encuentro fácil. El equipo de Jota González comenzó ayer a estudiar a su nuevo rival, fiel a la costumbre del técnico pucelano de no empezar a valorar a un rival hasta que no deja atrás al anterior. Y lo que son las cosas: aunque el rival que se han encontrado es de cuidado, la sensación es de optimismo: la pelea, al menos, está garantizada.

Otra actitud

Y es que los jugadores se ven a sí mismos de otra manera tras el encuentro del martes. «Parte de los problemas eran de actitud, de creérnoslo. El no rendirnos, el intentar seguir haciéndolo». Lo dice Sasha Tioumentsev, uno de los destacados del partido ante Alcobendas. «Había intensidad, la gente estaba con ganas, con chispa. Eso se nota, porque al final marca la diferencia. Hay muchas cosas que se pueden hacer muchísimo mejor».

El cambio no viene de un día para otro, pero es evidente que los propios jugadores han protagonizado el cambio de rumbo. «Veníamos de la Copa del Rey, una competición ilusionante en la que no teníamos nada que perder, y seguramente salimos casi derrotados de inicio, no salimos con actitud», reconoce Tioumentsev. «Y eso duele. Llevamos toda la segunda vuelta jugando muy mal, y a la gente eso le pesa».

¿El cambio ha llegado a tiempo? ¿Y es suficiente? La respuesta puede empezar a responderse el domingo. En las competiciones europeas es muy difícil competir fuera de casa, y los resultados cambian mucho según quién sea el local. Por eso cualquier opción que tenga el Naturhouse de colarse en la semifinal pasa por traer un buen resultado (o al menos, uno no demasiado malo) de tierras francesas.

«Es un buen equipo», afirma Tioumentsev. Y eso es evidente para cualquiera, porque el bloque galo, comandado por el zurdo de la selección, Sebastien Bosquet, y por el central-lateral islandés Ragnar Oskarsson, tiene potencial como para competir de sobra. Y sin embargo, el Naturhouse mira ahora la realidad de una manera ligeramente distinta. «Vamos a poder pelear esta eliminatoria», afirma Tioumentsev.

Pelear es la palabra para un equipo que está ahora mismo luchando por unos objetivos por los que muy pocos apostaban al inicio de la temporada.

Las sensaciones cambian día a día, y el juego será el que dicte sentencia el domingo. Pero el Naturhouse ha cambiado definitivamente de cara.