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Chavis Holmes, el tirador altruista
Baloncesto

Chavis Holmes, el tirador altruista

El joven americano del Caja Rioja se siente más cómodo en Logroño: el viernes hizo su mejor partidoEl alero juega en España por él y por su hermano, gemelo idéntico que sigue en EEUU: «Si yo puedo jugar aquí, él también»

PABLO ÁLVAREZ

Miércoles, 24 de febrero 2010, 01:38

Chavis Holmes está pagando el peaje. A todos los americanos que pueblan el baloncesto mundial les toca, pero muchos no salen vivos del envite: dejar ese mundo aparte que son los Estados Unidos, cambiar el baloncesto universitario por el basket FIBA, vivir en otro país, con otra lengua, entre otras costumbres.

Holmes está en ese proceso, y no lo está haciendo mal. «Para lo difícil que es, su adaptación está siendo muy buena, aunque todavía no esté a su nivel», dice su entrenador en el Caja Rioja, Jesús Sala. «Pero lo bueno que tiene es que trabaja mucho».

El joven Chavis reconoce que llegar a España fue de todo menos sencillo. «Cuando llegué estaba totalmente perdido. La idea que yo tenía del baloncesto, el que jugaba en el 'college', era muy distinta. Llegué aquí y me di cuenta de que tenía muchísimo que aprender. Y todavía me queda, pero noto que mejoro cada día».

No es sólo el baloncesto. También está dejar atrás todo lo que uno conoce, algo que para alguien de 23 años no es nada sencillo. «Es la primera vez que estoy fuera de mi país, lejos de mi familia», recuerda. «Intento hablar con ellos todos los días y mantener el contacto, pero es muy duro». Quizá sea algo que le haga «madurar más rápido», pero eso no lo hace más sencillo.

Quizá a él le sea más difícil que a otros jugadores americanos, porque a Chavis Holmes le falta algo muy importante a su lado. Casi, se diría, le falta la mitad de sí mismo: en Estados Unidos se quedó su hermano gemelo -«somos idénticos»- Travis. Chavis y Travis («sí, creábamos muchas confusiones cuando éramos niños», ríe) pasaron toda su infancia y su juventud juntos, y jugaban en el mismo equipo de Carolina del Norte. «Lo hacíamos todo juntos mientras crecíamos», recuerda. «Le echo mucho de menos. Sé que siempre está a mi lado; siempre que le necesité estuvo ahí, y siempre que me necesite estaré ahí».

Yo juego, él juega

Los hermanos Holmes se separaron el pasado verano. Travis viajó a Turquía (sin mucha suerte, apenas duró unas semanas) y Chavis acabó en Logroño. Ahora, de hecho, el gemelo del Caja Rioja juega en parte para demostrar que Travis podría hacer lo mismo que él hace. «Me gustaría mostrarle a todo el mundo que él puede jugar en esta liga; mostrar a los entrenadores que puede jugar aquí, porque somos de algún modo el mismo jugador, con algunas pequeñas diferencias. Si yo puedo jugar aquí, él también puede».

Y por lo que se ve del Holmes aquí presente, sí que puede jugar en esta liga. Chavis está promediando alrededor de 15 puntos, pero jugando mucho menos que otros jugadores de su estilo en otros equipos. «En nuestro equipo, lo que él hace es ser definitivo», dice Sala. «Aquí juega 25 minutos y hace 15 puntos. Estoy seguro de que en otro equipo que tuviera menos rotaciones haría todos los días bastante más de 20».

Y eso que Chavis es un americano raro. En un mundo repleto de jugadores que botan el balón con un ojo puesto en sus estadísticas, Holmes es un extraño. Muchas veces prefiere dar el último pase que hacer la última canasta. Y él mismo lo reconoce. «Podría ser mucho más egoísta; simplemente intento mantener a mis compañeros en juego, a veces la paso en lugar de tirar cuando estoy libre».

A veces, esa actitud pone de los nervios a Sala, que ha llegado a mandarle al banco por no tirar. «Sí», reconoce el americano, «él me dice todo el tiempo que tire, que tire cuando estoy abierto o hay un fallo de marcaje. Pero es una parte de mi aprendizaje, un estilo diferente de jugar».

El viernes pasado, ante Guadalajara, el Caja Rioja jugó uno de los peores partidos de la temporada, y los 26 puntos de Chavis Holmes salieron en su rescate cuando más se le necesitaba. «Le doy las gracias a Dios porque el último partido me permitió salir a la cancha y hacer lo que hice», explica.

No es un fenómeno aislado. Dice Holmes que «voy aprendiendo a estar concentrado todo el partido, a que aunque empiece mal el partido, y esté en el banquillo, sé que voy a tener otra oportunidad».

Este raro tirador altruista, la mitad de un doble jugador de baloncesto, está en el Caja Rioja sin perder de vista su objetivo de jugar más arriba. «Mi objetivo es seguir subiendo lo que pueda. Hemos jugado amistosos contra equipos de superior categoría, y creo que puedo jugar a ese nivel».

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