El Naturhouse consigue poner el pie en los cuartos de final de la EHF tras un partido con poca tensión

Eliminatoria cerrada. El Naturhouse sigue vivo en su año del debut europeo: el sueño continúa. Los cuartos de final de la Copa EHF esperan, y en ellos viven ya algunos de los mejores equipos del continente. Pero eso será otro día: ahora más vale disfrutar, que estas alegrías no son muy normales para un equipo como el Naturhouse.

No es que el partido de ayer fuera para disfrutar mucho. Más bien lo contrario. Tras la fiesta de balonmano del sábado (por parte de los riojanos, claro), lo suyo era un día de resaca. Las eliminatorias condensadas, como ésta, no dejan sin embargo mucho tiempo para recuperarse, ni para dormir las emociones. Así que se podía esperar lo que ocurrió: un partido flojito, sólo salvado al final por la emoción del resultado y por alguna cosita más emocional que del juego.

Desde el principio se veía que las cosas iban a ser muy distintas que el sábado. El Haukar atacaba mejor, o el Naturhouse defendía peor. Pero no es que los islandeses vieran más puerta: su ataque no daba para mucho, especialmente tras la desastrosa noche de su estrella, Sigurbergur Sveinsson, que se quedó en un mísero golito de 7 intentos: hasta falló dos penaltis.

Fallos y fallos

Donde sí estuvo algo mejor el Haukar fue en defensa, apoyado por una noche espesa del Naturhouse. Los islandeses supieron leer mejor un arbitraje que permitía mucho contacto sobre el lanzador, quizá demasiado: unos cuantos de los jugadores riojanos acabaron la noche magullados.

Pero el partido fue feo, feo. Lleno de fallos, de imprecisiones, de pases a la grada, de lanzamientos cómodos mal tirados. Muchos contraataques que acabaron en nada, y muchas faltas en ataque. Pero muchas: los colegiados checos convertían en falta en ataque cualquier carga del atacante sobre la defensa. Al menos no fueron partidistas en eso, pero lo cierto es que no favorecieron en nada al espectáculo.

Y el pobre espectáculo que ayer había en el Palacio no estaba como para aguantar muchos ataques. El marcador fue siempre igualado, eso sí, más a fuerza de fallos que de aciertos. Golito tras golito, el público esperaba que el Naturhouse se despegara de los voluntariosos jóvenes islandeses. Pero no hubo manera: intercambiando goles con una precisión suiza (uno tú, uno yo, dos tú, dos yo) Haukar y Naturhouse arrastraron el partido hacia el 11-10 del descanso.

Quien más quien menos esperaba que el Naturhouse saliera a la segunda parte un poco más afilado, un poco más directo, un poco menos fallón. Cierto es que los primeros diez minutos fueron los mejores de los franjivino (ayer, franjiblancos, como buenos 'visitantes') pero también es que después dio la impresión de que se les acababa la gasolina de nuevo. Este equipo no está tan sobrado como para dar dos esfuerzos así a este nivel.

Así que, aunque los riojanos se fueron en el minuto 11 con un 14-17 esperanzador, la única exclusión del Naturhouse en todo el partido sirvió para que el Haukar volviera a pegarse, y ahí se quedó durante todo lo que quedaba del partido.

Al final, momento para el corazoncito local: debutó con el equipo el joven Javi Romeo, y fue un gran debut. Porque el Haukar tuvo el último ataque para empatar, pero Romeo detuvo el tiro definitivo de Porgeirsson.

Mal partido, en fin, con buen final. Y con mejor consecuencia: Europa, aquí seguimos.