El municipio donde vivía la mujer que quemó las manos a sus hijos ya alertó del riesgo de maltrato

Los servicios sociales del municipio donde residían los padres imputados por presunto maltrato habitual contra sus hijos -una niña de 7 y un niño de 11- ya habían alertado de la situación de riesgo en la que vivían los menores. En concreto, tal como ha sabido Diario LA RIOJA de fuentes de la investigación, el pasado 13 de enero se remitió desde ese Ayuntamiento un informe a Protección de Menores del Gobierno de La Rioja en el que reclamaban la adopción de medidas y se proponía la declaración de riesgo de los pequeños. La Dirección General de Infancia, Mujer y Familia, de la que depende el servicio de Protección de Menores, declinó ayer hacer cualquier comentario a este periódico.

En el mismo documento, en el que también alertaban de los problemas de convivencia conyugales, los responsables municipales estimaban necesaria la valoración de la situación familiar de los dos menores ante las sospechas de que el niño, fruto de la relación de la mujer, R.C.D. de 34 años, con una pareja anterior, estuviera viviendo situaciones de maltrato físico y psicológico.

Los servicios sociales llegaron a estas conclusiones tras un seguimiento que se venía haciendo, especialmente del menor, desde marzo del 2008. Fue el centro escolar quien alertó entonces al Ayuntamiento de las continuas faltas de asistencia del niño sin una justificación aparente. Al parecer, las ausencias del menor, a quien sus compañeros veían jugando en la calle, se producían cuando el niño presentaba marcas y moratones en el cuerpo.De acuerdo con la investigación, la madre, en prisión incondicional desde el miércoles, sufría episodios depresivos y llegó a manifestar que no podía hacerse cargo sola del hijo pero sí de la hija, fruto de la relación con su actual pareja, A.J.D., de 37 años, con quien convivía desde 1999.

Precisamente A.J.D., aunque en libertad, también fue imputado por presunto maltrato habitual el miércoles tras declarar ante la titular del Juzgado de Instrucción número 3. El caso llegó a los tribunales después de que el director del colegio donde estudian los menores comprobara el martes que llevaban vendas en las manos. Según declararon los pequeños, su madre supuestamente les había obligado a posarlas sobre la placa de la vitrocerámica la noche anterior. Una versión que negó la progenitora, quien dijo que las lesiones se las habían producido ellos mismos.

El episodio de malos tratos del pasado lunes se produjo después de que la madre fuera a hablar con el tutor del menor y éste le informara de que llevaba semanas sin llevar las tareas escolares hechas. R.C.D. se lo recriminó a su hijo y primero le golpeó con el tubo del aspirador para obligarle posteriormente a poner las manos sobre la vitrocerámica encendida. Lo mismo hizo instantes después con la niña. Aunque en esta ocasión todo apunta a que el padre no tuvo nada que ver con las lesiones que presentaban los menores, sí que habrían sufrido anteriormente los golpes de su progenitor, una situación que, de acuerdo con el relato de los niños, padecían desde hace años.