Letizia reinventa el protocolo

En su debut como princesa en el Teatro Campoamor optó por la discreción, por el 'modelo Sofía'. Poco a poco se fue soltando, decidió señalar ese día al año para estrenar un look diferente; jugó con todos los peinados inimaginables, con distintos largos y vuelos, de distintos tejidos Y así, año tras año, hasta este viernes en el que doña Letizia, en su segunda ceremonia como Reina, en la primera en la que los premios llevan el título de su hija, que no de su esposo, decidió cambiar el protocolo en el vestir. Doña Letizia es hoy quien marca la pauta y en el Campoamor era la única -junto a una de las galardonadas, Esther Duflo- que decidió ir con los brazos al descubierto. Se acabó lo de llevar chaqueta o vestido de manga larga a los Premios Princesa, vino a decir.

Guapa y favorecida, doña Letizia volvió a apostar por Felipe Varela para la ocasión. Con un vestido ceñido hasta la cintura de donde partía una cascada de volantes en degradé. Una vez más, no se entiende por qué decidió cortarse su melena si continuamente tira de postizos para poder armar su peinado, esta vez un moño bajo. Como complementos eligió unos pendientes de perlas y brillantes, de la firma Ansorena, que completa el conjunto con la tiara Princesa regalo de don Felipe en el quinto aniversario de boda con doña Letizia. Y un collar de perlas con historia, dado que es una de las joyas de las de pasar, que solo pueden usar las reinas, por la tradición no escrita impuesta por la reina Victoria Eugenia.

Se apreció que no está acostumbrada a llevar collares, dado que varias veces se llevó la mano al cuello, quizás consciente de que hay quienes dicen que estas perlas rusas son la pieza de mas valor del joyero real. El collar fue un regalo de Alfonso XII a su primera mujer, María de las Mercedes, de 41 perlas, que la reina Victoria Eugenia aligeró y dejó en las 37 actuales. De este collar la reina Sofía colgó en alguna ocasión la perla peregrina, como en la boda de la infanta Elena.