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REDACCIÓN / AGENCIAS
Domingo, 27 de abril 2014, 00:23
- La canonización, en imágenes
- Perfil: Juan Pablo II, el 'atleta de Dios'
- Perfil: Juan XXIII, el 'Papa Bueno'
- Una canonización pasada por agua
"Fueron sacerdotes, obispos y Papas del siglo XX. Conocieron sus tragedias, pero no se dejaron aplastar por ... ellas. Dios fue más fuerte en ellos". Con estas palabras, los Papas Juan Pablo II (Karol Wojtyla) y Juan XXIII (Angelo Giuseppe Roncalli) han sido proclamados santos por el Papa Francisco hoy, segundo domingo de Pascua, Fiesta de la Divina Misericordia, en una ceremonia de canonizaciones que se celebra en la Plaza de San Pedro del Vaticano y que ha congregado a un millón de peregrinos, según estimaciones del gobierno italiano.
"Declaramos y definimos a los beatos Juan XXIII y Juan Pablo II santos y los inscribimos en el Catálogo de los Santos, y establecemos que en toda la Iglesia sean devotamente honrados entre los Santos", ha sido la fórmula pronunciada en latín por Francisco, que llegó a la plaza a las 10.00 horas seguido por cardenales y obispos que entonaban la letanía de los santos. El Papa emérito Benedicto XVI, que renunció al trono de Pedro en 2013, ha asistido a la ceremonia oficiada por Francisco, situándose en el sector izquierdo del altar junto a los 150 cardenales y un millar de obispos presentes, convirtiendo esta canonización en la primera concelebrada por dos Papas vivos por primer vez en la historia.
Las reliquias de los dos nuevos santos, una ampolla de sangre de Juan Pablo II y un pedazo de piel de Juan XXIII extraída durante su exhumación en el año 2000 fueron colocadas al lado del altar. La costarricense Floribeth Mora, cuya milagrosa curación permitió elevar a los altares a Juan Pablo II, llevó la reliquia del Papa polaco, mientras la de Juan XXIII fue entregada por su sobrino.
Una marea de banderas, sobre todo polacas, coloreaba la inmensa plaza, donde numerosos jóvenes mostraban entusiasmo pese a haber pasado una noche sin dormir. "Estoy muy emocionada, porque conocí personalmente a Juan Pablo II", confesaba la argentina Fernanda de Diego, quien viajó para asistir a una jornada histórica, que se recordará como el "día de los cuatro papas".
Cientos de miles de personas, 24 jefes de Estado y de Gobierno, entre ellos los Reyes de España, los presidentes de Ecuador, Honduras, El Salvador y Zimbabue, han asisitido a la ceremonia solemne para santificar a dos Pontífices que marcaron la historia del siglo XX, uno humilde y cercano a la gente, otro carismático y capaz de seducir a las multitudes. Han asistido también representantes de todas las religiones, entre ellos una importante delegación judía, para rendir homenaje a dos Papas que, aunque muy diferentes, lucharon contra los prejuicios hacia los hebreos.
Banderas de Argentina, de Brasil, circulan entre la muchedumbre, mientras dos tapices gigantes con las imágenes de los futuros santos fueron colgadas en la fachada de la basílica de San Pedro. La plaza ha sido adornada con 30.000 rosas rojas, amarillas y blancas donadas por Ecuador, cuyo presidente, Rafael Correa, ha estado presente en la ceremonia. Las celebraciones se iniciaron el sábado con una "noche blanca" de oraciones en quince iglesias del casco histórico de Roma.
Un dispositivo especial para alojar, transportar y atender a los cientos de católicos de Europa fue decidido por las autoridades de la capital italiana para gestionar el difícil tráfico de automóviles y personas. En total, 19 pantallas gigantes fueron instaladas en toda la ciudad además de la Plaza de San Pedro, así como en lugares claves, entre ellos Plaza del Pueblo y el Foro Imperial. La ceremonia ha sido ofrecida en varios idiomas, entre ellos español, portugués, árabe y francés tanto en directo como por televisión.
La basílica de San Pedro permanecerá abierta hasta la una de la mañana para que los peregrinos de todo el mundo puedan orar en el mayor templo de la cristiandad.
Los milagros
Karol Wojtyla fue beatificado el 1 de mayo de 2011, tras aprobarse un primer milagro con la firma del ahora Papa emérito Benedicto XVI. En aquella ocasión, se trató de la curación, dos meses después de su muerte, de la monja francesa Marie Simon Pierre, que padecía desde 2001 la enfermedad de Parkinson, la misma que sufrió Juan Pablo II en sus últimos años.
El milagro que ha permitido la canonización de Juan Pablo II es el de Floribeth Mora, una mujer costarricense de 50 años que se curó, sin una explicación científica, de un aneurisma cerebral irreversible. En abril de 2011 los médicos le diagnosticaron esta enfermedad que ponía en peligro su vida. En mayo, siguió por televisión la beatificación de Juan Pablo II y al día siguiente escuchó una voz en su dormitorio que le decía: "levántate". Meses más tarde los doctores confirmaron la cura de la paciente.
Por su parte, Juan XXIII fue beatificado por Juan Pablo II en septiembre de 2000, durante el Jubileo, en la misma celebración de la beatificación de Pío IX. En aquella ocasión, el milagro aprobado para su beatificación fue la curación de sor Caterina Capitani en 1966.
El Papa Juan XXIII convocó el Concilio Vaticano II y murió mientras el Concilio seguía su curso, muchos obispos propusieron proclamar al 'Papa bueno' santo por aclamación, pero su sucesor, Pablo VI, prefirió seguir las vías canónicas.
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