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ASÍ ERA. Antigua salida de Logroño por la carretera de Laguardia, hoy en obras de urbanización de El Campillo; al fondo, El Corvo. /E. DEL RÍO
El otro Monte El Corvo
LOGROÑO

El otro Monte El Corvo

Un paseo por la historia del popular monte logroñés, puesto de actualidad por las quejas desatadas tras su conversión en punto de contactos entre homosexuales

EDUARDO GÓMEZ

Domingo, 1 de julio 2007, 02:58

No se entiende que se escoja El Corvo para estas prácticas amorosas porque nada más lejos del paraje sugestivo e idílico que se supone como el más adecuado para encuentros... emotivos. El monte es un erial, de escasa vegetación, mal conectado con la ciudad, sobre todo ahora que hay que salvar las obras de urbanización de El Campillo. El Corvo fue siempre relegado salvo para la práctica del motocross, que ha servido de escenario en varias ocasiones. Lo prueba el desdén que se ha hecho de su entorno cuando existió un ambicioso proyecto del prestigioso arquitecto logroñés Miguel Ruiz Río para crear en la ladera que da vista al río Ebro una escalonada urbanización de pequeñas viviendas individuales, que tenían un ajustado presupuesto y hubieran dotado de más vida a toda la zona. La idea fue muy aireada y se intentó que calase entre familias pudientes como si constituyera una provechosa inversión, no faltando quien creyera en el proyecto. Hasta se llegó a levantar una de las viviendas como modelo para promocionarlas, que se mantuvo durante bastante tiempo en pie hasta que fue víctima de la incuria. Es posible que ahora, con el puente de La Guillerma atajando distancias, el proyecto hubiera tenido un mayor atractivo y un éxito similar a otros que hoy proliferan a bastante más distancia del Espolón.

Industrias en la zona

No tuvieron tanto recato bastantes industrias que se situaron en sus aledaños, como Fundiciones Berto, una industria pionera en Logroño como fundición de acero, creada por una familia procedente de Zaragoza en el año 1962.

También hace muchos años se desplazó hasta esa zona, pese a su complicado acceso, desde la calle Industria la empresa vinculada al mundo del automóvil Carrocerías Maiso, que hace algunos años dejó de funcionar arrastrada por la crisis del sector y otra anexa, de la misma propiedad, llamada Manufacturas Vental, fabricante de ventanas para la automoción.

Más recientemente montó el conocido emprendedor Agustín Losantos, un experto en el mundo del vino, su nueva empresa, Bodegas Salvia, y todavía podríamos citar alguna más adosadas a las faldas del áspero cerro, como la dedicada al anodizado de perfiles de aluminio para la carpintería metálica que regía bajo la titulación de Arteaga.

En la cumbre del Corvo se hacía visible un hito que servía de referencia al ejército de Artillería para sus prácticas teóricas militares y muy cerca, a pie de carretera, en las traseras de la estación de servicio de la familia Del Pozo, existía un merendero que era un auténtico museo de pelota.

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