Quejas vecinales por la proliferación de contactos homosexuales en el monte El Corvo

No resulta difícil coincidir con ellos, sobre todo los fines de semana. Campan a la luz del día, sin pudor, en ocasiones desnudos y esquivos con quien no está a su juego. Sus vehículos les delatan en la campa que se abre a la izquierda del camino principal o en los desperdigados senderos que se dibujan en la ladera. «El otro día igual conté veinticinco coches», cuenta un habitual de este entorno por cuestiones deportivas. «No incordian, aunque no se cortan un pelo; lo mismo les da estar dentro que fuera del coche», comenta, refiriéndose a sus contactos sexuales.

De esta situación, de dominio público, también tiene constancia la Policía Local. Sin embargo, nunca se ha traducido en denuncias concretas y, en consecuencia, no existen expedientes abiertos sobre este particular. Por eso, los agentes de la unidad de Medio Ambiente continuarán patrullando por la zona como lo vienen haciendo hasta ahora, explicó a este periódico el concejal de Seguridad Ciudadana, Atilano de la Fuente.

Otra cosa, puntualizó, es que hubiera alguna denuncia o se detectaran prácticas de prostitución; «en tal caso se intervendría inmediatamente».

Otras peticiones

Sobre el Monte El Corvo han pesado y pesan muchas reivindicaciones. Los ecologistas riojanos, por ejemplo, piden que se proteja y sugieren crear en él un mirador hacia el río Ebro conectado con el cuarto puente. La Junta de Distrito Norte habla de reforestar sus laderas. Pero lo cierto es que, de momento, quienes aprovechan su desamparo son los varones 'gais' que allí se dan cita, como ha podido comprobar Diario LA RIOJA.

Lo apartado del lugar es su mejor refugio, y no como ocurriera años atrás, cuando su presencia en las inmediaciones de la Estación de Renfe o en el propio parque del Carmen motivó numerosas quejas vecinales. «Es una vergüenza, lo tendrían que cortar un poco», opina un miembro de Moto Club Rioja, a quien su afición y las pruebas deportivas le han hecho un viejo conocido del Monte El Corvo.

Cuenta que la presencia de 'gais' en esta zona viene de lejos, aunque «de cuatro años a esta parte es exagerado». Entre quienes frecuentan este monte para establecer contactos homosexuales «hay de todo, aunque la mayoría son mayores, de cuarenta y tantos para arriba», explica.

Los problemas por su presencia nunca han ido más lejos del apuro de quienes llegan a El Corvo ajenos a lo que allí sucede. «Pocas veces se ve rondar a la Policía, sólo cuando les hemos llamado nosotros porque subíamos con los críos al circuito y te los encontrabas en faena. Entonces venía la Policía y les echaba», explica este testigo, quien concluye que «ellos lo que no quieren es que les molestemos». Y añade: «Cuando subimos nosotros para celebrar alguna carrera, ya no aparecen». Entre tanto, es su territorio, más poblado en los meses templados y, sobre todo, los fines de semana. -¿Y si estas relaciones estuvieran relacionadas con la prostitución?

-Eso es lo que no se ha detectado, porque en tal caso se actuaría inmediatamente. Y ahí también entraría la Policía Nacional.