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PABLO ÁLVAREZ
Jueves, 7 de junio 2007, 02:47
- ¿Cómo de grande es el peso que se quitaron el sábado por la noche?
- Toño Díaz: Grande, grande. Es una responsabilidad que te supera personalmente; no es sólo que quedes bien o mal. Es que sabes que hay mucho en juego, puestos de trabajo, espectadores...
- ¿Se sintieron superados?
- Luismi Ascorbe: Yo la verdad es que nunca pensé en lo que había en juego, porque si llegamos a pensar en ello, nos venimos abajo. Depende en parte de ti el trabajo de 18 personas, la inversión de un patrocinador, las 2.000 personas que son abonados y otros tantos que pagan su entrada... Lo mejor es no pensarlo. Yo me he dado cuenta ahora.
- ¿Estaban realmente tan convencidos del éxito como aparentaban?
- L.A.: Yo, al cien por cien. De verdad. He vivido situaciones de ascenso y descenso de otras categorías, y viendo este equipo, cómo trabajaba la gente, sabíamos que no bajábamos. Yo estaba totalmente convencido.
- T.D: A mí me pasaba igual. No parecía un objetivo imposible. Tampoco estuvimos en descenso más que una semana, no nos dio tiempo a agobiarnos demasiado.
- No hay muchos precedentes de un equipo de Asobal entrenado por dos no profesionales.
- T.D.: Yo no conozco ninguno, y además a la gente se le hacía extraño. El club buscó gente que conociera la plantilla, porque era muy poco espacio de tiempo, y por otro lado que uno nos arropáramos al otro, aunque no teníamos experiencia a ese nivel.
- ¿La plantilla les asumió como jefes, o se creó una especie de 'cooperativa'?
- L.A.: Yo creo que sí, totalmente. Creo que estaban convencidos de que había otros entrenadores, con la misma autoridad que tenía antes Alberto (Suárez). También se les dejó muy claro por parte de la directiva y de todo el mundo.
- ¿Y fue fácil trabajar con ellos, en ese sentido?
- L.A.: Sí. Los problemas los tenías en cómo colocarlos o cómo ganar el partido del sábado, pero ellos no causaban problemas.
- La razón esgrimida para despedir a Suárez fue que el club necesitaba «un revulsivo». ¿Qué cambiaron ustedes para conseguir ese revulsivo?
- T.D.: Al decir 'revulsivo' a lo mejor se puede entender que le íbamos a insuflar otro aire, o algo así. Pero en realidad se puede entender como un simple cambio. Un cambio de la dinámica que llevaba el equipo, hacerlo de otra manera para que la situación fuera distinta.
- ¿Tan dura era la situación como para necesitar ese cambio?
- L.A.: El partido de Arrate, como el de Granollers, fue duro. Porque ahí es cuando los jugadores estaban más tensos; son profesionales, su trabajo depende de ganar partidos. El ambiente no estaba mal, pero sí estábamos dolidos. Pero como otros partidos. Yo recuerdo el inicio del año pasado, en la B, que también fue duro. Pero hay que tirar para adelante.
- ¿Estaba el vestuario más calmado después del cese de Suárez?
- T.D.: No sé. Decir que sí supone decir que había tensión, o que Suárez creaba tensión. Y yo creo que lo que hubo fue un cambio, sin más. Las personas nos acostumbramos a todos los momentos. ¿Hubo luego más tranquilidad? Posiblemente, en lo que supone que el jugador empieza de cero, con gente nueva, y piensa que a lo mejor puede entrar más en los planes de quien viene.
- L.A.: Y luego también que somos diferentes, nuestro carácter no es ta fuerte como el que puede tener Alberto. Y si eso puede servir para que estén más tranquilos... pues bueno. Pero en todo momento hemos trabajado muy intensos, no hemos dejado que nadie se relaje. Las cosas quedaron muy claritas desde el primer entrenamiento.
- ¿Han hablado con Suárez, después de todo?
- L.A.: No. Nos hemos enviado mensajes de móvil.
- Durante la última semana parecía haber una nube de pesimismo sobre Logroño, parecía que incluso el proyecto se iba a pique del todo. ¿Tenían ustedes ese 'sentido trágico' del asunto?
- T.D.: No. Yo creo que no. Eso era una cosa que se puede plantear desde fuera.Pero esa nube de pesimismo, de que esto se va al garete... yo ni me la planteé.
- Como gente de Logroño, notarán mucho cómo se mueven las noticias y los rumores en esta ciudad,
- T.D: Sí, todas. Y a cuál más sorprendente. La realidad es que en el club nosotros sabemos también lo justito. O menos. A veces te cuentan un rumor, y tú mismo dices «¿será verdad?». Cualquiera te viene, y te dice las cosas con una seguridad espectacular (ríen).
- ¿Qué va a pasar con ustedes el año que viene?
- T.D.: Hablando de las cosas de la que no nos enteramos... Seremos los últimos en saber eso. Por delante hay una directiva, y un entrenador que va a venir. Nosotros somos el tercer pito que tocar.
- ¿No tienen noticias del club?
- L.A.: No. Pero es que ni este año sabemos nada, ni el anterior. Siempre somos los últimos que nos enteramos. No somos profesionales, así que entendemos que seamos los últimos que sepamos de estas cosas.
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