Ciudad (amable) Real

Pero en sus entrañas se encierra uno de los mejores equipos de balonmano del mundo por obra y gracia de Domingo Díaz de Mera, mecenas del Balonmano Ciudad Real.

El Quijote Arena no es demasiado llamativo desde fuera, pero cuando uno entra en su interior se da cuenta que está en casa de uno de los 'grandes'. No sólo ya por estar bautizado como el Ingenioso Hidalgo, sino porque se trata de un escenario colosal. Con capacidad para más de cinco mil espectadores, el Quijote Arena está adornado con fotografías gigantes de los ídolos locales y con unas banderolas que desgranan los éxitos conseguidos por el equipo cada temporada.

El protocolo con la prensa visitante es exquisito y todo son amabilidades tanto del personal del club, como de los compañeros de profesión. Se conserva ese encanto de las pequeñas ciudades en las que el visitante es agasajado casi hasta el sonrojo.

Durante el partido no hay concesiones, pero hay reservada una última sorpresa. Tras el pitido final el speaker solicita «un fuerte aplauso para el Darien Logroño». Toma detalle de hospitalidad manchega.

Además se come bien y uno se planta en la otra punta de la ciudad en un santiamén.

Vaya que después de lo visto y vivido y de los buenos ánimos trasmitidos por parte de los ciudadrealeños aún nos entran más ganas de poder repetir la próxima temporada. Para saber si es posible debemos esperar a la última jornada, aunque si nos ceñimos a lo que ofreció ayer el equipo todo parece indicar que tendremos la oportunidad de repetir.