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PABLO ÁLVAREZ
Lunes, 23 de abril 2007, 11:49
En la Asobal, esa liga con tantas diferencias en la que cinco equipos mandan y los demás obedecen, es así casi siempre. Por eso sorpresas como el empate entre el Darien y el Portland de la primera vuelta son más raras que las rosas azules. Porque casi nunca ocurren.
El Darien devolvía ayer esa visita pisando por vez primera el Universitario de Pamplona; otra sorpresa era casi impensable en casa de un equipazo que se juega la liga día a día. Pero es que los franjirrojos intentaban el mas difícil todavía: enfrentarse al San Antonio sin centrales.
A saber. Diego Pérez Marne estaba muy tocado. Jugó pocos minutos, pero estaba descentrado (y más después de un descomunal puñetazo de Juancho Pérez en toda la cara) y no tenía mucho sentido forzarle para los partidos que vienen, que son los importantes. Sus posibles suplentes, Marc Amargant y Pepe Novelle, ni se habían vestido. Y así, la manija del equipo recayó primero en Humberto Julien y luego en el extremo Havard Tvedten. Que hicieron lo que pudieron.
El Darien no salió mal a la cancha, aunque con un nervioso cubano al mando se perdieron demasiados balones: cuatro contraataques casi seguidos del Portland se llevaron el partido hasta el 8-4. Apareció entonces Marne (minuto 12) para poner orden. Defendiendo bien, atacando con acierto (Tvedten, definitivamente, ha vuelto) los logroñeses se acercaron: primero 8-7. Un rato después, cuando Petersson se estrenó con el Darien (de penalti), el marcador decía 10-9.
En ese momento, Portland sufrió dos exclusiones seguidas, que le dejaron con 4 de campo. Y ahí, curiosamente, se acabó el partido para el Darien.
Los genios están para aparecer cuando se les necesita: Ivano Balic enganchó una colgada contra una defensa más numerosa que puso al pabellón en pie. Y sólo fue el principio; el Darien perdió cuatro ataques seguidos (Petersson al palo, Petersson al cuerpo de Kasper, falta en ataque de Humberto, falta en ataque de Tvedten) y también perdió a su único lateral derecho, Isaías, que se fue al banquillo lesionado. Parecía más grave, pero al final solo era una dolorosa uña rota.
Así estaba la primera línea: Petersson, un extremo llegado a Logroño diez minutos antes, de lateral derecho. Humberto, un lateral que la última vez que jugó de central tenía 18 años, en el medio. Y Decsi, que ha derivado a especialista defensivo, en la izquierda.
Así que el Portland empezó a segregar saliva: era el momento de morder y acabar con el Darien. Como resultado, los últimos 12 minutos fueron un 9-1 para los navarros. El marcador se quedó temblando en un 19-10 que acababa con el encuentro.
Diez
La segunda parte fue más tranquila. Al Portland no le hacía falta más, y el Darien parecía conformarse con que la grieta no se hiciera más vergonzosa. Un golazo del genio Balic (de espaldas) puso al pabellón en pie, y Humberto pudo reivindicarse en la segunda parte como lo que es: un lateral bullidor y valiente. Cuatro goles suyos seguidos mantuvieron al Darien al final.
Poco más. La semana que viene la liga lleva a los dos equipos a terrenos más interesantes. Sin duda será otra cosa.
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