Secciones
Servicios
Destacamos
PABLO ÁLVAREZ
Domingo, 1 de abril 2007, 12:12
Pero perdió, cumpliendo un viejo principio del deporte en general: el que no marca goles, no gana. Alguien que marca siete tantos en toda una mitad de un partido de balonmano no puede aspirar a vencer ni a una banda de juveniles. Y el Granollers no es ninguna banda, no señor. Es un señor equipo.
Una gran lástima, porque el Darien jugó ayer 15 de los mejores minutos que se le han visto esta temporada. El partido había empezado con una igualdad estimulante -el 3-0 inicial para Granollers fue un espejismo- hasta que se alcanzó el ecuador de la primera parte. Con la defensa en estado de gracia y con un ataque muy afortunado, los de Suárez le endosaron a Granollers un parcial sorprendente: 2-10 en 17 minutos.
Con un Gurutz Aginagalde excelente de nuevo, con Pepe Novelle y Diego Pérez Marne muy dominadores, con aportaciones puntuales de gente no habitual (Backovic o Laclavic, por ejemplo) se superó el hecho de que el equipo jugaba de nuevo sin banda derecha, puesto que Isaías había tenido un muy mal inicio de partido, tras fallar dos balones y ser excluido dos veces de manera seguida.
El caso es que Granollers naufragaba impotente, con sus mejores armas -el brazo de Krivocapic y el talento de Pérez Canca- en estado letárgico y sin que el porterazo que es Álamo viera por dónde le pasaba el balón. Así llegó el 9-15 del descanso.
La segunda parte fue un calco de la primera... pero al revés. El mejor Darien continuó apareciendo hasta el minuto 12: una gran rosca de Josep Masachs ponía el 13-19 en el marcador, y las cosas parecían marchar bien. La diferencia se mantenía, y el achuchón inicial de los catalanes parecía solventado.
Pero qué va. De repente, apareció el peor Darien, al menos en ataque. En defensa se mantenía el tono, pero cuando tocaba meterla... ay, madre. En los siguientes 18 minutos el Darien metió... ¿un gol! Imagínense ustedes la de ataques que se pueden hacer en 18 minutos. Pues nada: algunas opciones se fabricaron bien y se fallaron, o Álamo las paró, pero la gran mayoría murieron en acciones mal seleccionadas, que acaban en las manos de un portero catalán que apenas tenía que moverse para parar.
No había tiro exterior, y la defensa de Granollers, muy intensa, cerraba todo acceso a la segunda línea. Y si encima se añaden unos árbitros demasiado ansiosos con el pasivo, el resultado es el que fue. Del 13-19 se pasó, así, al 22-20. Los dos goles que marcó el Darien fueron individuales -Marne y Decsi- pero sirvieron para tener, al menos, la última opción. Pero igual que ocurrió hace 15 días, el último ataque se jugó muy mal, y el tiro final (esta vez de Backovic, de cadera) no llegó a ninguna parte.
El Darien pagó en la segunda mitad muchos problemas: con Pepe fundido e Isaías ausente, sólo queda Marne, y no hay jugador que pueda ganar solo un partido. El mejor Darien puso en franquicia un partido que habría sido casi definitivo ganar. El peor, sin embargo, se lo hizo perder.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Destacados
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.