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Maldita madera
BALONMANO liga asobal

Maldita madera

El Darien empata un partido de infarto que no ganó por un poste en el último segundo

PABLO ÁLVAREZ

Domingo, 25 de marzo 2007, 12:06

Porque lo del último minuto de ayer fue, acorde con las fechas, de traca valenciana. Empezó con el partido ya empatado a 24, siguió con un inacabable ataque de Torrevieja que acabó en un enorme paradón de Gurutz Aguinagalde al pivote contrario; en éstas al Darien le quedaban 11 segundos para ganar, y en ellos hubo tiempo para un tiempo muerto, dos exclusiones y, al final, para un tirazo de Marne al palo, quizá con la ayuda del magnífico portero visitante.

Y mientras, la parroquia gritaba, se llevaba las manos a la cabeza, se acordaba del árbol genealógico de más de uno y, en fin, sufría con gusto. Afición, vamos, y las rarezas del deporte: pagar para penar como becerros, y salir contentos (a medias al menos) tras un empate que parecía imposible.

Porque, las cosas como son, el Darien ayer no jugó nada bien. El rival era un buen equipo, no hay que olvidarlo, con una primera línea -Valçic, Mrvaljevic, Vukas- de auténtico lujo y que encima se aplica en defensa con toda la dureza que le permitan los árbitros, que ayer fue mucha. Es un grupo peligroso si se le deja llevar las cosas a su terreno, es decir, jugar a ritmo lento y marear las cosas hasta que uno de esos tres vea un hueco para soltar el brazo.

En terreno ajeno

Lo peor fue que el Darien jugó casi todo el partido en ese terreno, al ritmo que le marcaban los alicantinos. Hubo muchas cosas que no funcionaron bien en el equipo. El lateral derecho no estaba, toda vez que Isaías se había ido del partido tras recibir una buena ración de puñetazos sin sanción alguna. A Humberto le falta cuerpo para partidos tan físicos, así que no quedaba más opción que tirar de Jagacic, extremo reconvertido, para no hacer gran cosa más que soltar el balón cuando lo recibía.

Amargant no estaba, dolorido, y Tvedten, con una empanada de regulares proporciones, tampoco. Fallaba el balance defensivo, una tradicional virtud de este equipo, y el ataque se atascaba. De tantas cosas malas se puede al menos sacar una cuestión positiva: jugando así, no se perdió.

En realidad, las dos partes se parecieron como gotas de agua. Aprovechando todas esas ventajas, Torrevieja tomaba una ventajita de cuatro goles que el Darien sudaba tinta china para anular al final. Y lo hacía por dos constantes: gran defensa -un monumento para Decsi y Backovic, ya- y portería sobresaliente. Con Torrego muy tocado, Gurutz estaba solo en el arco, y fue de menos a más en las dos mitades. Al final acabó siendo decisivo.

El caso es que entre defensas y porteros mantenían vivo al equipo para que se acercara en el marcador, y tanto al descanso como al final el marcador se estrechó al máximo.

La pelea balonmanística era preciosa, aunque los malísimos colegiados se empeñaran en emborronarla de vez en cuando con decisiones discutibles para ambos bandos. Algunas, de juzgado de guardia. Por ejemplo dos caderazos de Ancizu a Masachs en el extremo, que fueron penalti pero no exclusión (cosa difícil), y un pasivo incomprensible y casi de chiste: saque de fondo, el balón llega a Marne en el medio campo, el leonés sale disparado hacia el área... y el árbitro no le deja ni llegar antes de pitar el pasivo.

Torrevieja demostró su calidad, aunque quizá le faltó algo más de pundonor al final. El Darien mostró sus debilidades, aunque le sobró el coraje para sobrevivir.

Y al final, un puntito que sirve para mucho, y que pudieron ser dos de no mediar la maldita madera. Tres partidos sin perder son algo raro en esta liga, y el descenso se va alejando pasito a pasito. Aunque quede mucha guerra.

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