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P.A.
Sábado, 24 de marzo 2007, 02:36
Los alicantinos no son de ésos equipos que tienden a despendolarse. Lo suyo es andar, pasar, manejar, buscar el cruce y tirar.
Eso sí, cuando el partido está tranquilo tienen mucho peligro, porque tienen muchos lanzadores. Por la izquierda entra el crota Tonçi Valçic, un goleador, y por la derecha Ivan Vukas, su único lateral zurdo nato. En el centro se ha ganado la titularidad un hombre de la casa, Abraham Rochel, que se va turnando con el impronunciable montenegrino Drasko Mrvaljevic. Esa primera línea es de temer, y es la principal arma ofensiva del Torrevieja.
Un siete
El alicantino es un equipo que confía mucho en sus hombres importantes: en su siete inicial se fía casi todo. Un siete que se complementa con una segunda línea de garantías. El pivote Kalle Anderson suele jugar sólo en ataque, pero su sociedad con los hombres de la primera línea es letal. Los movimientos del sueco en busca del pase son algo que merece la pena seguir.
Pese a ser un equipo que gusta del ataque estático, Torrevieja sabe salir volando al contraataque. Para eso, nada mejor que dos extemos con lo que en balonmano se llama «una buena calle de contraataque». En cristiano: que salen como balas en cuanto pueden. La baja de Pellitero deja a Ancizu como único extremo izquiedo. Por la derecha se turnan Meijer y Cuartero.
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