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LA TRIBUNA DE LA RIOJA

Ley de la Viña y el Vino, frente a las locuras de Zapatero

NEFTALÍ ISASI

Viernes, 9 de febrero 2007, 11:04

Nuevamente la Ley 24/2003 de la Viña y del Vino, resulta ser una auténtica garantía y freno ante las locuras de este Gobierno intervencionista que se empeña en prohibir fumar, comer hamburguesas, escuchar el himno nacional, utilizar la bandera constitucional española, beber vino y difundir sus efectos beneficiosos. Nada menos que en la nación con más viñedos del mundo.

En la redacción y trámite parlamentario de la citada ley de la Viña y del Vino tuve el honor de influir de forma decisiva para que tanto en el preámbulo como en el articulado se dejara clara la definición del vino (artículo 2): «Vino es el alimento natural obtenido exclusivamente por fermentación alcohólica, total o parcial de uva fresca, estrujada o no, o de mosto de uva».

Y en su artículo 4, se reflejan las modalidades de hacer promoción con fondos de la «Administración del Estado para financiar campañas de información, difusión y promoción del viñedo, del vino y de los mostos de uva»:

a) «Recomendar el consumo moderado y responsable del vino».

b) «Informar y difundir los beneficios del vino como alimento dentro de la dieta mediterránea».

Ley que confirma lo acertados que estuvimos quienes además de tener en cuenta nuestra raíces históricas y la realidad del presente, supimos prever el futuro, con lo que a pesar de los detractores de entonces ahora resulta que esta ley supone un auténtico valladar para los desaguisados que pretende el Gobierno socialista, véase también la posibilidad «legalizar» el fraude de «envejecer» un vino joven proporcionándole sabor de roble con virutas de madera. Supuesto que expresamente la Ley 24/2003 no permite para la utilización de las menciones de crianza, reserva y gran reserva que, a su vez, son menciones que solamente pueden utilizar las denominaciones de origen.

Ahora el Gobierno de Rodríguez Zapatero está pretendiendo dar un paso más contra el sector vitivinícola español y yo creo que contra una forma de ser, una forma de vivir, en definitiva una cultura absolutamente arraigada en la práctica totalidad de los pueblos y regiones españolas, tratando de redefinir al vino como una «bebida alcohólica peligrosa».

Este Gobierno no se entera de que el problema del alcoholismo no lo produce el vino. En los últimos 20 años hemos pasado de consumir 70 litros per cápita, a 26 litros en la actualidad. El problema sería, en cualquier caso, las bebidas de alta graduación alcohólica producidas a través de métodos industriales de destilación. Aquí es donde se debe hacer la distinción, entre estas y el vino que se obtiene por métodos naturales de fermentación. Contemplar durante la época de vendimias el milagro de la transformación natural del jugo o mosto de la uva en vino es absolutamente impresionante.

Por otra parte, está demostrado científicamente que el vino tiene propiedades que, consumido de forma moderada, son beneficiosas para la salud del ser humano, como prevención de múltiples patologías:

Cardiopatías isquémica y/o coronaria; arterioesclerosis, ictus; cáncer, alzheimer, osteoporosis, litiasis biliar y renal, diabetes del adulto, artritis reumática, depresión, resfriado común y menor probabilidad de fracturas óseas.

Estos son los principales argumentos para defender el vino: la divulgación y educación de los beneficios para la salud del consumo moderado del vino, quedando en segundo lugar la importancia económica, social y cultural que sin duda tiene para España y en concreto para La Rioja.

Por defender todo esto y conseguir que se reflejara en una ley de las Cortes Españolas, tuve que soportar ataques y descalificaciones de los socialistas y algunas incomprensiones del sector que no veían más allá de sus narices. ¿Piensan algún día pedir disculpas por aquellos ataques? No me importa mucho que no lo hagan, pues cada día que pasa estoy más orgulloso del tesón, trabajo, dedicación, firmeza en mis convicciones y en la confianza de mi Grupo Parlamentario, del presidente del Gobierno José María Aznar, del ministro Arias Cañete y de la ministra Loyola de Palacio, pues sin su apoyo y confianza en nuestra seguridad y propuesta no hubiera salido aquella ley que hoy resulta ser una auténtica garantía y valladar ante las barbaridades del Gobierno de Zapatero.

Hace falta ser ignorantes o irresponsables, o las dos cosas a la vez. Como decía el otro día Mariano Rajoy, para ser presidente del Gobierno o ministro de España se debería exigir «algo más que ser español y mayor de edad». Pues las consecuencias de sus irresponsabilidades en la acción de gobierno pueden ser absolutamente irreparables. Y además, según nuestro ordenamiento jurídico, no podemos exigirles cuentas, salvo en las urnas, cuando el mal puede estar hecho.

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