Edificio, parque y vivero

Culminado este trabajo y el acondicionamiento interior de sus espacios, en el que se trabaja ahora, el centro estará listo para ser equipado y recibir a sus primeros inquilinos. La entrega de la obra a su promotor, el Gobierno de La Rioja, se espera para el próximo 15 de marzo.

Pese a tratarse de una construcción generosa en volumen, la obra de Zaera resulta discreta en una observación panorámica. La integración en el entorno parece haber sido el criterio dominante de su autor. El edificio se derrama en una línea horizontal que sigue el perfil del talud ribereño del Iregua. Es obvio que tiene una vocación de camuflaje que se verá acrecentada cuando quede semioculto por su segunda piel de hiedra. En este aspecto el proyecto goza de la contribución de la paisajista Teresa Gali.

Este sentido integrador parece haber seguido también Zaera al aportar al edificio un uso de paseo público y mirador. Cuando esté acabado, la cubierta, lisa y de madera, será como un paseo más del parque, desde el cual se obtienen unas vistas inmejorables del parque del Iregua.

Su interior, destinado a acoger iniciativas de formación y fomento laboral y empresarial que desarrolla el Ejecutivo riojano así como un espacio para nuevos emprendedores, se ajusta metafóricamente al perfil de una zona que ha sido y seguirá siendo un vivero, el enclave donde germinan los árboles que utiliza la Consejería de Medio Ambiente en sus plantaciones.

Muy satisfecho con el trabajo desarrollado en La Fombera, el arquitecto Jesús Alfaro, máximo responsable de la obra por parte del Gobierno riojano, señala que «se trata de un edificio discreto, muy bien ejecutado y con unas soluciones técnicas que se han estudiado muchísimo por parte de la dirección facultativa y desde el punto de vista del diseño». Y anticipa que será una construcción cuyo resultado final «va a ser sorprendente y no va a dejar indiferente a nadie».