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LEONTXO GARCÍA
Jueves, 25 de enero 2007, 11:41
El guión resaltaba la necesidad de vigilar de cerca al terrorífico Rásvortsev, capaz de desnivelar un partido cuando está en racha. El famoso principio de 'amagar y no dar', inculcado por Pastor, exige un cuidado extremo en este caso. Pero Beláustegui primero y Garralda después secaron convenientemente al cañonero ruso. Mientras tanto, el portero Barrufet despertaba del letargo en el que llevaba sumido desde que empezó el Mundial y volvía a ser el de los días históricos.
Rusia contaba con una novedad respecto al partido del Torneo Internacional de León, hace diez días: se llama Kokchárov, y es muy bueno como extremo en ataque y como avanzado en defensa. Él, su colega del otro extremo Krivochlíkov (Ademar de León) y el excelente pivote Chipurin mantuvieron viva a Rusia durante la primera parte, casi siempre uno o dos goles por detrás. Esa diferencia se debió en buena parte al martilleo constante por el lado izquierdo del ataque español, que empezó Alberto Entrerríos. Es probable que su defensor suspirase de alivio cuando Pastor sentó al lateral del Ciudad Real, pero la pesadilla no terminó, porque entonces salió Iker y dio un recital de goles espléndidos. El guión decía que Rusia debería derretirse poco a poco en la segunda parte, en cuanto el seleccionador Maxímov se viera obligado a sacar a sus suplentes. Pero los cambios se hicieron, y Rusia seguía entera. Pastor, en vista de que sus laterales zurdos no marcaban ni un gol, decidió salirse entonces de los cauces normales, alineando a tres diestros en la primera línea, y acertó: Alberto Entrerríos, Iker y Chema volvieron locos a los rusos con sus constantes cruces.
Entonces se cumplieron las leyes de la biología y la lógica: los titulares rusos acusaron por fin el cansancio, y los endebles suplentes fallaron, como es de rigor. Ese bache produjo el decisivo 31-25 a ocho minutos del final. La relajación consiguiente de los vencedores fue una coletilla innecesaria del cuarto triunfo de España. Casi todo ocurrió como estaba previsto.
Hoy, Dinamarca
Y hoy, Dinamarca. Los daneses están entre los mejores del mundo en calidad individual, pero sus éxitos no son proporcionales: tres medallas de bronce en los últimos Europeos, ninguna en el Mundial ni en los Juegos en lo que va de siglo. España se enfrenta (La 2) a un balonmano exquisito, pero con escaso espíritu de equipo y capacidad de sufrimiento.
Dinamarca defiende habitualmente en 6-0, lo que convierte el duelo en muy propicio para que España aclare si tiene o no un buen lanzamiento exterior, casi inédito hasta ahora.
Una victoria ante los nórdicos no clasificaría a España matemáticamente pero, según Juan Carlos Pastor, los puntos podrían ser suficientes.
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