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EFE
Miércoles, 17 de enero 2007, 02:11
La juez de Sevilla que dictaminó sobre el atropello mortal cometido por el bailaor, dictó el pasado 30 de octubre un auto en el que rechazó sustituir los tres años de cárcel por multa o trabajos comunitarios, ya que el procesado cometió un delito «grave» y «quebró las elementales normas de solidaridad humana» al darse a la fuga. El artista, de 24 años, llegó a la prisión sevillana en un coche de gran cilindrada flanqueado por otros dos vehículos donde se ubicaban una docena de familiares. Uno de los acompañantes era su hermano Antonio, quien se autoinculpó del atropello mortal.
Tranquilo
Farruquito, aparentemente tranquilo, se bajó del vehículo ataviado con ropa deportiva y con unas grandes gafas de sol, cogió del maletero del coche dos bolsas y se dirigió sin hacer declaraciones a pesar de los requerimientos de los periodistas, a la verja de entrada a la cárcel acompañado por sus familiares para introducirse en la sala de visita, donde se despidieron.
El bailaor pasó su primera noche en la cárcel en el departamento de «ingresos», en una celda donde puede estar solo o acompañado por otro preso, fue cacheado junto a su equipaje y se le preguntó si le hacía falta algún artículo de necesidad, después de entregarle una bolsa con material higiénico. Fuentes de la prisión aseguraron que «no tendrá un trato especial».
«La ley cumple»
El abogado de la viuda de Benjamín Olalla, José Manuel Rosendo, declaró tras conocer el ingreso en prisión de Farruquito , que «se ha hecho justicia» y «se ha demostrado que la ley se cumple» y que no hay «tratamientos especiales por ser famoso o rico». El abogado de María Ángeles Madero, la viuda de Olalla, explicó que el bailaor Farruquito ingresó voluntariamente en la cárcel Sevilla II y añadió que no había ninguna orden del juez para que ingresara en prisión.
Con su ingreso en la cárcel, Farruquito interrumpe su brillante carrera artística, precozmente iniciada a la edad de cinco años, cuando actuó en Broadway. Heredero de una escuela fundada en Sevilla por Farruco, su abuelo, Farruquito fue considerado un niño prodigio de la danza.
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