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LA RIOJA
Miércoles, 17 de enero 2007, 02:10
El pasado viernes 12 de enero el escritor fue observado en el Hospital La Paz de Madrid por una «afección gripal leve» y trasladado a casa por no revestir gravedad. Pero, a las 09.00 horas de ayer, Antonio Cillero Ulecia «se sintió indispuesto» y poco después falleció, explicó su hija María Ángeles Cillero. El funeral se oficiará hoy, a las 16.30 horas, en la Parroquia Santa María de la Asunción de Navarrete para, a continuación, proceder a su entierro en el cementerio municipal.
Su muerte se produce en visperas de un homenaje que se le iba a tributar en la Universidad de La Rioja con motivo de la edición de un libro suyo, recopilando algunos de sus artículos que habían sido publicados en el periódico 'La Voz del Najerilla', en su columna habitual 'Recuerdos y vivencias'. José Mª. Martínez de Pisón, rector de la Universidad de La Rioja, afirmaba ayer que «en los últimos meses habíamos trabajado en la publicación de un libro, una recopilación de artículos suyos, antes de que nos sorprendiera esta mala noticia. Que su obra le sobreviva es la mejor muestra de que no vivió en vano de su pasión por la literatura». Sin embargo, su última publicación hasta el momento es el cuaderno de poesía Mi lanza y mi condena (2005), prologado por José Luis Pérez Pastor, que en el prólogo le define como un «escritor de casta. Lo lleva en la sangre y no lo puede remediar. Antonio es un peón de la Literatura».
«Cillero era un fuera de serie y, como todos los brillantes y genios de esta vida, se ha marchado sin el reconocimiento de su tierra. La Rioja ha perdido a un gran escritor y una mejor persona», declaraba ayer Valeriano Ruiz Iruzubieta.
Decenas de títulos
En vida publicó decenas de títulos poéticos, narrativos, teatrales y ensayísticos, habiendo colaborado en varios medios de comunicación, como el suplemento 'Ventana Cultural' de Diario LA RIOJA. Sus novelas Vida y desventura de Tiago Hernáez (1981) y Ajuste de cuentas (inédita) fueron finalistas de los premios de novela Alfaguara 1972 y Nadal 1975, respectivamente; mientras que su obra La libertad encadenada también resultó finalista de otro prestigioso galardón, el Premio Lope de Vega 1969. En los últimos años se ha había solicitado, desde diversos colectivos, asociaciones e instituciones riojanas, reconocimientos a su vida y obra como la Medalla de Oro de La Rioja y las Medallas del Trabajo y las Bellas Artes de los Ministerios de Trabajo y Asuntos Sociales y Cultura, sin que pudieran llegar a materializarse, y es que, como también afirmó Cillero hasta el mismo día de su muerte: «Soy el escritor con peor suerte del mundo».
Apasionado del teatro y la literatura, Cillero Ulecia estrenó su primera obra en 1940 y en 1942 ingresó en la Sociedad General de Autores de España.
De 1943 a 1948, varias compañías de teatro llevaban libretos suyos, entre otras las de Antonio Navarro, Guzmán-Franco y Ernesto Gómez, con obras como Con ese hombre no me caso, El señorito y Como una madre.
En 1949 parte con su familia a Buenos Aires donde estrena El Bobalicón, El pan del año y Tierra sedienta entre otras.
En 1965 regresó a España y estrenó en el Ateneo de Madrid Confesión pública, monólogo satírico en dos actos, obra que, más tarde, será representada en varios países iberoamericanos. En 1969 vuelve a estrenar en Madrid La gran mascarada.
El año 1973 aparecen dos libros de poemas Mi sentir y mi canción y El llanto de las fuentes y en 1975 publicó el ensayo Una cuenca desconocida. El Najerilla.
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