El alto mando español estima que las tropas permanecerán en el Líbano durante al menos diez años

El Cuartel General del Ejército ya envió al Estado Mayor de la Defensa (EMAD) una propuesta con las principales líneas de ese operativo. Ese borrador, que variará según la petición que la ONU formule al Gobierno y las fuerzas que envíen otros países, pronostica que «será una misión de mucho tiempo, como las de Bosnia y Kosovo», donde España tiene sendos contingentes desde hace trece y siete años.

El alto mando también prevé que la cifra final de soldados supere los 800 que anunció el Ejecutivo. Con toda probabilidad «serán más de 1.000», porque el batallón que se integre en la fuerza de interposición necesitará una serie de apoyos para su despliegue.

Cuando los contactos entre el EMAD y los ejércitos del resto de países concluyan, el ministro de Defensa, José Antonio Alonso, dará a conocer las unidades que integrarán el operativo. De momento, «no hay decisión final sobre el número de soldados y las unidades».

Fuerzas «combatientes»

Las fuentes militares consultadas juzgan que hay dos unidades con muchas posibilidades de asumir la misión: la Fuerza de Acción Rápida -integrada por la Legión y las brigadas Paracaidista y Aerotransportable-, y la División Mecanizada, que forman tres brigadas con sede en Córdoba, Badajoz y Madrid. Ambas tienen a su favor sus vehículos blindados 'BMR', necesarios para transportes protegidos en la zona.

En este momento, lo que más preocupa al alto mando son las llamadas 'reglas de enfrentamiento', las normas que regularán el uso de la fuerza por parte de los 'cascos azules'. En la actualidad, los soldados de la Fuerza Interina de Naciones Unidas para el Líbano carecen de un mandato que la legitime para utilizar la violencia física cuando sea necesario. Si eso continúa, sus efectivos podrían estar atrapados entre el fuego israelí y las acciones de Hezbolá.