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C.S.
Domingo, 11 de octubre 2015, 12:46
Rojos, ocres, verdes, amarillos, oros... La paleta de colores del viñedo tiene una explicación necesaria para poder comprender mucho mejor el paisaje.
No todas las variedades cambian de color al mismo tiempo y hay factores climatológicos que influyen decisivamente en su evolución. Por ello es ... preciso estar atentos a encontrar la conjunción de todas las variedades en su punto más álgido. Las vides de tempranillo tienen un color rojo, vibrante, que predomina en todo el conjunto de la región porque es la variedad mayoritaria y ha llegado a las zonas más altas de toda la denominación.El resto de las variedades son minoritarias aunque muchas de ellas formaban parte de las pequeñas parcelas de los viñedos viejos, lo que confiere tanto colorido a las viñas de algunas zonas más tradicionales.
Sin ir más lejos, era tradicional plantar variedades blancas en los cabezales de las fincas, de ahí que aparezcan tonalidades amarillas en la misma parcela. Las vides con hojas amarillas son de la variedad viura mientras que las de la variedad garnacha van evolucionando desde los tonos verdes. La garnacha blanca como la malvasía también evolucionan del verde al amarillo oro al final del ciclo. El viñedo de graciano tiene un rojo más oscuro pero no es tan vivo como el de tempranillo. Algo parecido sucede con las hojas de la variedad mazuelo. La garnacha tiene unas hojas verdes que van cambiando amarillo oro al final del ciclo. Hoy es una de las variedades minoritarias de la DOC Rioja.
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