Marne, el octavo pasajero

Diego Pérez Marne no es un novato. Comenzó a jugar al balonmano porque el Hermano Tomás del colegio Maristas de León le puso un balón en las manos. El Ademar siguió sus pasos hasta que le reclutó para jugar en los equipos inferiores y con el conjunto de su tierra debutó en Asobal. De ahí marchó al Cangas de Morrazo. Tras un breve regreso al Ademar decidió emigrar a Suecia, «porque creo que cada año hay que aprender algo nuevo y en Suecia podía adquirir un sentido más colectivo del juego», explicaba Pérez Marne durante su presentación.

La oferta del Darien fue la que más le convenció: «A mí me gustaba la idea, a mi mujer también y el perro estuvo de acuerdo», explicaba con humor. Respecto al equipo Marne se mostraba confiado: «Por lo que conozco hay muy buena gente en el vestuario tanto en el aspecto humano como en el deportivo. Esto es muy importante para afrontar con un mínimo de garantías la primera temporada en la Liga Asobal», explicaba con la seguridad de quien conoce bien la categoría.

Además el jugador se mostraba encantado con su nueva casa: «El Palacio es una instalación magnífica y por lo que me han comentado suele haber mucho público. Desde que lo he visto ya me lo he imaginado lleno de gente y jugando. Tiene que ser una gozada», manifestaba con un gesto de indisimulada satisfacción.

El propio Pérez Marne manifestaba que además Logroño le había parecido una ciudad agradable: «Creo que tiene muchas similitudes con León, por lo que ahora sólo me falta aprenderme bien el callejero», sentenció con cierta sorna. Diego Pérez Marne se convierte en el octavo fichaje del Darien Logroño y será la próxima temporada uno de los referentes del conjunto franjirrojo.

La guinda

La directiva y el cuerpo técnico mostraban ayer su satisfacción por las incorporaciones realizadas hasta el momento, pero esperan en los próximos días «poner la guinda a la plantilla», en palabras de Alberto Suárez. Y es que habrá novedades.