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RAFA ELÍAS.
Domingo, 9 de abril 2006, 02:00
Los malagueños, que piensan ya en otras cosas, opusieron la resistencia que se suponía. La defensa abierta que planteó de inicio Curro Lucena incomodó lo justo a los de Alberto Suárez. Los desdoblamientos de los hombres de la primera línea del Darien desbarataron los planes del técnico andaluz. Quedarse en la línea de seis metros tampoco parecía una solución muy adecuada, porque los cañoneros franjirrojos acribillaron la portería visitante a la menos oportunidad. En estas circunstancias el Sierra Cazorla debía de intentar mantener la compostura de la mejor manera posible y lo consiguió a pesar de acabar goleado.
En la primera mitad, los de Alberto Suárez capitaneados por Pepe Novelle y Gabor Decsi, pusieron el partido de cara de salida. Antes de llegar al minuto diez, la diferencia se había estabilizado en diez goles. Lo más complicado en ese momento era mantener la concentración. El Darien jugaba sin terminar de pisar el acelerador. Faltaba algo de tensión en defensa y los malagueños lo aprovecharon para seguir la estela de los locales con lanzamientos en apoyo desde cerca.
No hizo falta mas que un ligero toque de atención, para que los franjirrojos dejaran prácticamente sentenciado el choque antes del descanso.
En la segunda mitad los de Suárez desplegaron un variado repertorio de jugadas. Al contragolpe, en combinación con el pivote de turno, con lanzamientos desde nueve metros a localizaciones prácticamente imposibles o con frivolidades como el fly de Sergi tras el pase de Ramiro.
La grada se relajó y el Darien también, pero fue sólo durante unos minutos. Llevados por la inercia, los locales comenzaron a hacer la guerra por su cuenta y el rival lo aprovechó. Tras el tiempo muerto solicitado por Suárez el asunto quedó resuelto. Se volvió al juego colectivo y la diferencia volvió a ampliarse.
El Darien no se dejó llevar por la euforia, no bajó los brazos y sobre la bocina consiguió su renta más amplia, 11 goles.
Mañana vuelve el equipo, en esta ocasión para un amistoso frente a la España junior. Después, unos días de descanso antes de afrontar la recta final de cuatro jornadas de las que sólo una será en el Palacio. Quién sabe si ya con el ascenso en el bolsillo o con la obligación de ganar al Aranda.
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