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| BALONMANO | DIVISIÓN DE HONOR B

Paso de gigante

El Darien se reivindica en Cuenca como equipo ante un buen adversario y da otro salto hacia Asobal

R. ELÍAS

Domingo, 2 de abril 2006, 02:00

Comenzó la pelea como se esperaba: igualdad en el marcador, dos defensas muy bien plantadas y ningún regalo sobre la cancha. Los locales acertaron de inicio con el planteamiento defensivo. El Darien chocaba contra el muro planteado por Nino Antúnez, que tapaba con mucha agresividad los lanzamientos desde nueve metros. Los franjirrojos se mantuvieron en pie gracias a que no perdieron la compostura y a que dejaron los nervios en el vestuario.

Y así, aunque el Edenca fue por delante durante casi toda la primera parte, el Darien realizó una magnífica labor de desgaste del rival. Una circunstancia que aprovecharía al final, cuando salió a relucir la profundidad del banquillo riojano.

Defensas

Las defensas ganaron la primera parte. Los locales secaron al Darien durante muchos minutos: hasta once estuvieron los riojanos sin ver puerta en la primera mitad. Y en esos minutos la zaga mantuvo al equipo a flote.

Una vez superado el atasco, el Darien comenzó a buscar con paciencia los puntos débiles de su oponente. Humberto y Gabor tiraron del carro anotador para llegar al descanso con un ajustado 13-12.

Los primeros minutos de la segunda parte vieron al mejor Darien en ataque. Un parcial de 2-6 dio a los de Suárez una ventaja que ya no iban a perder.

Pero no fue precisamente un camino de rosas. Los riojanos tuvieron que sudar en defensa porque el Edenca no daba nada por perdido. Aupados por un griterío creciente, los pupilos de Antúnez daban cumplida réplica a los hachazos de un inconmensurable Gabor Decsi. El cañonero húngaro sacó de quicio a la parroquia local con un gran trabajo tanto en ataque como en defensa.

El intercambio de goles dio al Darien esa mínima renta necesaria para llegar a los momentos decisivos con posibilidad de administrar el tempo del partido. Fue entonces cuando aparecieron las figuras de Humberto y Pablo Rodríguez.

Porque el Edenca iba a dar un último empujón. Con el marcador 26-27, Pablo sacó dos balones de empate en la misma jugada. Y el cubano robó y culminó los que iban a ser los goles de la victoria.

Y así, por si alguien lo dudaba, el Darien vuelve a asumir su rol de favorito sin disimulos. Si este equipo mantiene su nivel como conjunto, pocos son los que pueden ganarle. La ilusión sigue en pie: el sueño del Darien está más vivo que nunca.

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