El tercer equipo asturiano

No había mucha gente en las gradas. Demasiados inconvenientes. El Grupo Covadonga no se encuentra en sus mejores momentos y el público exhibe su compromiso con el equipo cuando éste va mejor. Eso es claro, pasa en todos los sitios. Cuartos por la cola y una afición languideciente por los resultados adversos. No obstante los más comprometidos con la causa ahí estaban.

Es el caso de varios aficionados gijoneses como el propio Paco Álvarez, que guardará todavía un montón de fotos en su casa de Pablo Rodríguez o Avelino de niños porque él los puso en esto del balonmano en el Loyola. También la competencia con otros deportes era notable. De hecho, en un pabellón próximo se jugaba un partido de de la Liga LEB contra el León. Había filas para entrar.

Las instalaciones del Grupo están un poco más escondidas dentro de una maraña de edificios dedicados al deporte, donde destaca El Molinón. La entrada al recinto del Grupo está presidida por una imagen de la santina en piedra y hay un auténtico ir y venir de deportistas en un entorno magnífico que tiene de todo, pero donde las piscinas, la cubierta y la que está al aire libre ocupan un buen montón de metros cuadrados.

Alberto Suárez, como buen gijonés, también dejó una honda huella en su etapa como entrenador en Asturias y como seleccionador nacional en divisiones inferiores. No le miran con el desdén de quien se ha ido a otras latitudes, se supone que para triunfar, especialmente cuando el equipo de casa están pasando por una mala racha.

Más bien lo ven con buenos ojos, los de la complicidad de quien tiene un gran embajador fuera del Principado.

Otra de las cosas que llamó la atención fue el hecho de ver a la mayoría de la chiquillería ataviada con gorras azules. No es difícil adivinar que no son las de Raikkonen. Y también no deja de ser sorprendente que hubiera un buen montón de riojanos animando a grito pelado al Darien Logroño en un anticipo de lo que puede ser una creciente afición. El balonmano ha recogido el testigo del fútbol con dos aficiones hermanadas desde mucho tiempo: la riojana y la asturiana.