La corriente patriótica

NO se sabe si en el futuro, que por cierto ya ha llegado, vamos a ir a todo gas o a medio. Llueven las ofertas y las opas. Cada vez son más, pero el agua que cae sobre los pantanos sigue siendo la misma. ¿Nos quedaremos todos a media luz, como en el tango? El PSOE y el PP no se pueden ver, quizá porque entre ambos no tengan muchas luces, pero convendría aclararlo todo. Un real decreto amplía las competencias de la Comisión Nacional de Energía para que pueda rechazar el ofrecimiento bursátil de E.ON y algunos creen que eso representa un desafío a la Unión Europea. Cambiar la ley sobre la marcha es como cambiar de caballo en plena carrera. Bruselas pide inútilmente que no adopten medidas de ese tipo, ya que sería el final, o el principio del fin, del mercado interior y volveríamos a los años 30. No se sabe si se acierta frenando la opa alemana a Endesa. Sólo lo sabremos cuando paguemos el recibo de la luz, dentro de poco tiempo.

Lo más curioso son las apelaciones al patriotismo, incluidas las de quienes desean hacer en España varias patrias, todas grandes y libres. Eso del patriotismo es muy equívoco. A mí siempre me ha extrañado que haya personas que no quieren a nadie, ni a su familia, ni a sus hijos, ni a sus amigos, y que sin embargo tengan el corazón inflamado de amor a la patria y estén dispuestos a darlo todo por ella. Quizá por eso se ha dicho que la patria es "el último refugio de los canallas". Ahora puede serlo de los accionistas, pero habrá que respetar el marco legal comunitario si no queremos quedarnos en cuadro.

Tengo dicho que España es una unidad de desatino en lo universal, más que nada por la falta de puntería de sus políticos. La ley del mercado es tan difícil de vulnerar como la ley de la gravedad. Quién nos iba a decir que la corriente patriótica era una corriente eléctrica.