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EFE.
Lunes, 23 de enero 2006, 01:00
Así lo manifestó Daniel Merinero Ballesteros, hermano de Jorge Merinero, quien desde hace aproximadamente tres años padecía un grave problema de obesidad mórbida que le causaba fallos en el sistema respiratorio y en el corazón, le provocaba graves infecciones y hacía que apenas pudiera moverse y que se cayera al suelo con relativa frecuencia.
Su hermano Daniel, que vivía con él desde hace año y medio para cuidarlo, explicó que últimamente Jorge «se había caído unas cuatro o cinco veces» y que había visitado en una decena de ocasiones los servicios de urgencia del hospital Gregorio Marañón, donde «siempre le remitían a casa».
Daniel explicó que su hermano sabía que la única solución a su problema era someterse a una intervención quirúrgica de reducción de estómago que llevaba esperando unos dos años pero, añadió, «los plazos se han demorado de forma absoluta y demencial, hasta el punto de que Jorge llegó a una completa degeneración vital. Estaba dejado de la mano de Dios», se lamentó.
«Parece mentira que en pleno siglo XXI se permita que haya personas que lleguen a estar en esa situación», comentó Daniel, quien denunció también que las explicaciones que les daban para demorar la intervención eran «que existían unos protocolos y unas pruebas previas que realizar, algunas de las cuales se demoraron hasta un año y medio».
Tras largas horas de rescate, Jorge falleció en el hospital Gregorio Marañón, debido a una parada cardiorrespiratoria.
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