Las tres muertes políticas de Esperanza Aguirre

Se trata del remate a una dimisión en tres actos que la dirigente popular iniciara el 17 de septiembre del año 2012, cuando ostentaba el cargo de presidenta de la Comunidad de Madrid. En esa ocasión alegó motivos personales, entre ellos su enfermedad -en 2011 fue intervenida por un tumor cancerígeno en un pecho-, para justificar su decisión de abandonar "la primera línea de la política", al no considerarse un elemento "imprescindible" en el proyecto del Partido Popular en la Comunidad de Madrid ni tampoco "una profesional de la política".

Aguirre daba así un importante paso atrás, aunque seguía ostentando el cargo de presidenta del PP de Madrid, un puesto que mantuvo varios años más, hasta el 14 de febrero de 2016. En esa ocasión, Aguirre dimitió apenas tres días después de que la Guardia Civil registrara la sede madrileña del partido en busca de pruebas de la presunta financiación ilegal en su partido. Sobre Aguirre pesaba ya el encarcelamiento por la 'trama Púnica' de otro de sus hombres de confianza, el exsecretario general del PP en Madrid Francisco Granados y en su dimisión admitió su responsabilidad por no haber vigilado y descubierto los presuntos casos de corrupción que afectaban a su partido.

Con este nuevo paso atrás, Aguirre pasó a ostentar únicamente el cargo de concejal y portavoz del grupo municipal del PP en Madrid, responsabilidad que hoy ha abandonado poniendo fin a una carrera política que inició en el año 1983 y durante la que llegó a ser ministra de Educación y Cultura, presidenta del Senado -única mujer hasta el momento en ostentar ese cargo- y presidenta de la Comunidad de Madrid.