Rajoy mantiene su interés en una cita con Sánchez tras el acuerdo con Ciudadanos

Nosotros creemos que esa reunión es importante, seguimos insistiendo en su necesidad, ha reiterado Soraya Sáenz de Santamaría, que insta al PSOE a tener en cuenta la urgencia de un Ejecutivo. La número dos de Rajoy pone en valor, además, la posibilidad de que Rajoy acuda la Cámara con el aval de 170 diputados, los de PP, Ciudadanos y Coalición Canaria. Es un acuerdo importante, una mayoría muy amplia, un programa de actuación y trabajo muy grande y que coloca al PSOE ante una responsabilidad que tenemos todos y debemos ejercer a la altura de las circunstancias de este momento, ha advertido en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros.

A partir de ahí, si existe otra combinación para formar gobierno, Sáenz de Santamaría cree que los socialistas deberían concretarla. Otras posibilidades y otras alternativas las tiene que explicar el señor Sánchez, ha insistido después de que Podemos haya vuelto a plantear al PSOE la posibilidad de construir un Ejecutivo de izquierdas.

Desde el PP, tal y como admite el vicesecretario de Organización Fernando Martínez-Maillo, sólo se espera que Sánchez recapacite y acceda a abstenerse para facilitar el desbloqueo de la situación política. La de la abstención de los socialistas es la única vía que los populares creen poder transitar para conservar la Moncloa, aunque no avanzan los ofrecimientos que podrían llegar a plantear al PSOE para lograr un cambio de postura.

Llamadas y desencuentros

Con el contacto telefónico de esta semana ya son dos las ocasiones en las que los jefes de Gabinete de Sánchez y Rajoy han conversado sin resultados. La primera fue para intentar consensuar una fecha de investidura. El PP pretendía pactar el día con el PSOE, pero los socialistas se negaron al entender que la responsabilidad recaía sobre el presidente.

La decisión final de convocar el debate el 30 de agosto aboca a abrir las urnas el 25 de diciembre si las negociaciones fracasan. Es por eso que en el Gobierno y el PSOE se baraja una reforma de la ley electoral que acortaría la duración de la campaña y permitiría fijar los comicios el 18 de agosto. En público, sin embargo, la controversia, que anticipa unas nuevas elecciones, no conviene ni a unos ni a otros. La vicepresidenta prefiere quedarse en que la mejor manera de solucionar el entuerto es hacer lo posible por formar gobierno y alerta de que volver a votar "dañaría el sistema".