Iglesias no deja títere con cabeza y acaba fuera de sí

Tras Rajoy el turno ha sido para Albert Rivera. Al líder de "la naranja mecánica", como ha bautizado a Ciudadanos, Iglesias le ha calificado como "un político hábil". La alabanza ha sido un espejismo.

Acto seguido, le ha reprochado ser el instrumento de las oligarquías que intentan frenar el cambio. Más aún, de tener la peor de las ideologías: "la de la cercanía al poder".

Enfrentamiento con Sánchez

El plato fuerte ha llegado en el cara a cara con Pedro Sánchez. La relación entre ambos responsables políticos se deteriora día a día y en esta jornada de investidura aún ha ido a peor. Uno y otro se han atacado con extrema dureza. Iglesias ha puesto en entredicho el socialismo del actual PSOE y su secretario general. Sánchez ha atacado al líder de Podemos por el apoyo expresado ayer a Arnaldo Otegi -Iglesias le ha llamado después miserable por usar la memoria de las víctimas- o su defensa del referéndum de autodeterminación en Cataluña.

Ambos también se han responsabilizado de que no haya un Gobierno de cambio que, según Iglesias, "podría formarse hoy mismo y no la próxima semana". "Deje de escuchar a los oligarcas. Deje de escuchar los cantos de sirena que le llevan al naufragio", ha reclamado el secretario general de Podemos. "La izquierda no suma y no voy a permitir que la gobernabilidad de España descanse sobre partidos independentistas. Si usted lo que quiere es ir a nuevas elecciones no mienta a la ciudadanía", ha contraatacado el del PSOE.

E Iglesias ha terminado por advertir a Sánchez de que si quiere ser presidente deberá negociar con honestidad a partir de la próxima semana. "En el engaño nada florece, en la verdad todo es posible", ha citado. La frase ha explicado, Iglesias, la pronunció un antiguo empleado de El Corte Ingles. Esa persona fue el subcomandante Marcos.

El cara a cara ha finalizado con Iglesias fuera de sí cuando la bancada socialista le ha abucheado por afirmar, en referencia a los GAL, que Felipe González tiene "el pasado manchado de cal". Su reacción airada le ha costado la reprimenda del presidente del Congreso, Patxi López, en un hecho de lo más inusual.