Sánchez y Rivera detectan «puntos de encuentro» para intentar un pacto

Las buenas sensaciones del primer encuentro sirvieron para que ambos líderes pisasen el acelerador y concertasen que mañana mismo se reunirán por primera vez sus equipos negociadores para poner en marcha la que será la primera mesa de diálogo dentro del proceso de investidura de Sánchez, iniciado el martes con el encargo que recibió del Rey. Se sentarán incluso antes de que Sánchez termine su primera ronda con los partidos a los que pide apoyo, que concluirá el sábado con el PNV.

Los dos líderes políticos acordaron que la mesa negociadora, que dedicará su primera reunión a fijar un calendario y una metodología de trabajo para las próximas semanas, se centrará, de entrada, en comprobar si son capaces de pactar una hoja de ruta para atacar lo que creen que son los dos grandes problemas del país: el paro, la desigualdad y la precariedad laboral, y las medidas contra la corrupción y para la regeneración democrática.

Una vez desbrozados esos ejes principales, y visto si son capaces de llegar a acuerdos, abordarían los otros tres grandes epígrafes que pondrán sobre la mesa: la economía y la política fiscal, la reforma constitucional y la integración europea y la política exterior.

Las buenas sensaciones iniciales no impidieron que Rivera reiterase a Sánchez que su partido no estará dispuesto a participar en ningún pacto de gobernabilidad que incluya a Podemos, por lo que insistió en que para que el acuerdo entre PSOE y Ciudadanos sea posible y permita a Sánchez llegar a la Moncloa tendrá que contar también con el beneplácito del PP. "No se puede avanzar sin que el PP de alguna forma participe. No puede haber Gobierno sin que al PP, de alguna manera, se le tenga en cuenta en el acuerdo", aseguró después, en rueda de prensa. De hecho, Ciudadanos intentará la semana próxima buscar ese acercamiento que ahora parece imposible con la creación de otra mesa de negociación paralela con el PP.

Sánchez, por su parte, insistió en que el PSOE no buscará incluir al PP en ningún pacto posible de investidura, porque cree que Mariano Rajoy está inhabilitado por la corrupción, "por lo que tiene que dimitir y pasar a ser pasado", y su partido "necesita pasar a la oposición y regenerarse". Indicó que las fórmulas finales de alianzas de gobierno saldrán del resultado de las diferentes mesas de negociación que se pondrán en marcha, pero que de entrada sigue apostando por un pacto "a izquierda y derecha", con lo que, en el fondo, en lo que persiste es en tratar de convertirse en presidente con el respaldo de Ciudadanos y Podemos. Su conclusión es que esto no ha hecho más que empezar y que aún es pronto para descartar opción alguna.