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L.J.R.
Sábado, 25 de julio 2015, 00:17
Asier Ballesteros Gutiérrez, el menor de 15 años que falleció en la madrugada del pasado jueves en la localidad navarra de Viana, recibió el impacto de un perdigón en el corazón que le provocó, de manera casi inmediata, la muerte. Esa es la conclusión a la que han llegado los investigadores una vez analizados los resultados de la autopsia y del examen de urgencia que se le realizó en el centro de salud de Viana.
Los responsables médicos, cuando trataban de reanimarle, descubrieron que presentaba el orificio de entrada del perdigón en la zona del corazón. Una radiografía confirmó que el proyectil quedó alojado en el pecho de Asier Ballesteros.
La Fiscalía de Menores instruye las correspondientes diligencias, y la Policía Foral navarra investiga las circunstancias en las que se produjo el fatal suceso, que ha coincidido con la celebración de las fiestas de la localidad próxima a Logroño.
Los hechos tuvieron lugar a la 1.15 horas del jueves en la calle Juan Cruz Labeaga de Viana. A esa hora, Asier Ballesteros accedió al interior del local en el que se encontraban, al menos otros dos jóvenes de su edad. Cuando él abrió la puerta otro joven disparó una carabina con la que jugaba desde el interior y, fatalmente, el proyectil acabó en el pecho del fallecido, que se desvaneció inmediatamente.
Los padres del menor, que se encontraban en las proximidades del lugar, pensaron que se trataba de un desmayo o de una intoxicación y, tras intentar reanimarle en el mismo lugar de los hechos, le trasladaron hasta el centro de salud de Viana, en donde descubrieron el impacto del perdigón y confirmaron el óbito.
Homicidio por imprudencia
La Policía Foral, que investiga el caso bajo las órdenes del juzgado de la Fiscalía de Menores, imputó en la tarde del jueves a los dos menores que jugaban con la carabina en el interior de la bajera un presunto delito de homicidio por imprudencia. Quedaron bajo la custodia de sus padres.
Al respecto, fuentes solventes señalaron ayer que, si bien los perdigones «no tienen la entidad necesaria» para causar «habitualmente» la muerte de una persona, un balín de este tipo puede, ocasionalmente, provocarla.
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