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MELCHOR SÁIZ-PARDO
Sábado, 4 de julio 2015, 00:35
madrid. La Policía asestó un golpe sin precedentes a las tramas de delincuentes internacionales especializadas en el asalto de pisos en busca de joyas y dinero. La denominada 'operación Aikon' se salda por el momento con la detención de 36 miembros de una organización georgiana que durante años desvalijó centenares de viviendas en toda España con botines que podrían superar varias decenas de millones de euros, según fuentes de la investigación. La red desmantelada podría estar detrás de más de 25% de los grandes asaltos a pisos en la Comunidad de Madrid, Comunidad Valenciana, Murcia y País Vasco.
La vasta redada desatada por la Policía Nacional en Madrid y Valencia movilizó a más de 200 agentes entre miembros de la Policía Judicial, especialistas de la UDEF, Crimen Organizado y funcionarios del GEO. A ellos se unieron expertos de Europol y de la Policía Federal de Alemania, donde el grupo georgiano era también especialmente activo y tenía ramificaciones. Los policías registraron 23 inmuebles, entre ellos varias casas de compra y venta de oro, donde se incautaron de más de 100.000 euros en metálico, multitud de joyas robadas y armas de diferente calibre.
La operación fue coordinada por el Juzgado de Instrucción 43 de Madrid, que también ordenó el embargo de cuentas corrientes de los imputados y el bloqueo de numerosos vehículos e inmuebles. Todos los arrestados, entre los que hay varios dueños de tiendas de empeño, están acusados de robos en domicilios, blanqueo de capitales, delitos contra la Hacienda Pública, contrabando, receptación, falsedades documentales, tráfico de drogas y tenencia ilícita de armas.
Entre los detenidos hay varias personas que ya fueron imputadas en su día por la Audiencia Nacional. En esa lista de arrestados figura Zviad Darsadze, considerado uno de los delincuentes georgianos más peligrosos y con más influencia en su país, y al que la Policía sitúa como el jefe máximo de la organización en España. Darsadze es, de acuerdo con los mandos de la investigación, un 'Ladrón en Ley', ('Vor v Zakone' o 'Kanonieri Kurdi'), el más alto rango en la mafia georgiana.
Darsadze, quien también controlaba grupos similares en Alemania, Francia, Italia y Grecia, «acumulaba funciones jerárquicas, canalizaba la actividad criminal, era responsable de la organización interna y, también, era el encargado de regular y delimitar las áreas de influencia de otros grupos criminales», según el Ministerio del Interior.
Departamentos
El grupo que dirigía este 'Vor v Zakone' funcionaba como una verdadera 'empresa' del crimen, con diferentes departamentos y responsabilidades. La organización básicamente se articulaba en células itinerantes que eran las que se movían por todo el territorio nacional. Estas 'unidades de asalto' contaban con el apoyo logístico de otras células, que eran las encargadas de facilitarles el material necesario para cometer los robos.
Otras 'células' de la mafia tenían como única misión localizar posibles objetivos para los asaltos o la búsqueda de infraestructuras para esconder a los asaltantes.
Desde el Ministerio del Interior se destacó que la organización de Darsadze era una «verdadera mafia en el sentido amplio de la palabra». De hecho, funcionaba con una «caja común», denominada 'obshchak', a la que todos los miembros contribuían con un porcentaje de los beneficios que obtenían de sus actividades, así como con una cuota periódica que debían ingresar por el simple hecho de ser miembros de la organización. Con esa caja se financiaban nuevos golpes o se asistía a los miembros más necesitados.
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