El nuevo número 3 del PP, un político con muchas sombras

El pasado abril, el Juzgado de Instrucción número 5 de León ha citado a declarar en calidad de imputados a catorce integrantes del consejo de administración de Caja España en 2009 ara analizar su supuesta implicación en la concesión irregular de créditos al empresario y presidente de la caja en aquel momento, Santos Llamas. Entre los imputados, según el auto judicial, figuraba el nombre de Martínez Maíllo.

Sin embargo, el juzgado anuló aquel auto de citaciones previstas para finales de mayo por defectos formales y Martínez Maíllo quedó técnicamente desimputado en la causa. El pasado 3 de junio, la magistrada Rocío González dio un plazo de cinco días a las partes para que pidieran nuevas diligencias con vistas a dictar un nuevo auto de imputación, en el que, si no hay cambios, volverá a aparecer el nombre del nuevo hombre fuerte del PP.

Aquel procedimiento judicial se inició a raíz de una denuncia planteada por Izquierda Unida y la organización Ecologistas en Acción, que aprecian una administración desleal de los fondos de la entidad financiera que habría causado un quebranto en sus cuentas de unos 47 millones de euros.

Pero las sombras de este abogado de 45 años que ha desarrollado la mayor parte de su vida política en la Administración Local en Zamora, se extienden más allá. El pasado 13 de junio, Martínez Maíllo, también presidente provincial del partido, se hizo sorpresivamente con la alcaldía de la pequeña localidad de zamorana de Casaseca de la Chanas. El PP había obtenido tres concejales, dos el PSOE y dos Izquierda Unida. El acuerdo de la izquierda se daba por hecho para aupar a IU, sin embargo uno de sus ediles se abstuvo inopinadamente, dando el bastón de regidor a Martínez Maíllo, quien, aunque empatado en concejales, tenía más votos.

El nuevo dirigente del PP, es muy amigo de Mariano Rajoy, hasta el punto de que el presidente estuvió presente en su boda en el año 2011. Tan próximo a Rajoy como alejado del presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, el barón popular que el pasado 26 de mayo, tras las elecciones locales y autonómicas, cuestionó al presidente, al que instó a mirarse al espejo" y responderse a sí mismo si debe volver a presentarse como candidato en las próximas elecciones generales. Las broncas entre Herrera y Martínez Maíllo llegaron al punto de que el Gobierno autonómico se declarara en noviembre de 2013 públicamente harto del presidente de la diputación, al que acusaba de no defender los intereses de Castilla y León y solo mirar por los del Ejecutivo central.