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AGENCIAS
Jueves, 9 de abril 2015, 17:36
El policía nacional y espeleólogo Juan Bolívar Bueno, que llegó a España tras sobrevivir al accidente de Marruecos en el que murieron dos compañeros de expedición, ha dicho en Granada que el rescate llevado a cabo por miembros de la gendarmería marroquí "no fue normal".
Viernes 27 de marzo
El grupo integrado por el superviviente, Juan Bolívar Bueno, y los dos fallecidos, Jose Antonio Martínez y Gustavo Virués, se desplaza vía Algeciras-Tánger junto a otros tres miembros de la expedición, compuesto en su totalidad por nueve personas.
Sábado 28 de marzo
Algunas de las actividades previstas en el marco de la expedición generan un día de retraso sobre el calendario previsto.
Domingo 29 de marzo
Un segundo grupo llega a Marruecos, mientras que el integrado por Bolívar y los fallecidos se dirige al cañón del Wandras, donde tuvo lugar el accidente.
Lunes 30 de marzo
Los otros seis miembros del grupo inician una ruta en vehículo hasta Tabant con dificultades por la crecida de un río, tras lo cual prosiguen camino hasta a pie hasta Talat, donde duermen sin que tengan noticias del resto, lo que atribuyen a la falta de cobertura de móvil.
Martes 31 de marzo
Al seguir sin noticias del grupo, retrasada supuestamente por la nieve, decidieron esperar la llegada de Bolívar, Martínez y Virués, pese a que les dijeron que si no llegaban siguieran el recorrido.
Miércoles 1 de abril
Contactan con el refugio de Tarkedit, a la salida del cañón de Wandras, y les dicen que no han pasado por allí, momento en el que alertan de su desaparición a la embajada española a través del consulado y a la gendarmería y deciden ir al cañón.
Jueves 2 de abril
Tras solicitar por el camino una cuerda de 50 metros para el posible auxilio y hacer un largo recorrido en coche pasan la noche en la casa del alcalde de una aldea ubicada a cinco kilómetros de Amezri.
Viernes 3 de abril
A la espera de un helicóptero en Amezri que les conduzca hasta el cañón y al ver que no llegaba, deciden que cuatro de ellos asciendan hasta allí y otros dos se queden en Tessuet para mantener el enlace con la embajada y las familias. Una vez en la parte alta del cañón divisan una esterilla y alertan al grupo de rescate de bomberos de Granada.
Sábado 4 de abril
A la mañana revisan de nuevo el interior del cañón y los ven con claridad, avisan a la embajada, facilitan las coordenadas, llega un helicóptero de la Gendarmería con personal para el rescate y se confirma que hay un fallecido un malherido y un ileso, pero no sus identidades. La gendarmería llega al accidentado, lo sacan en una camilla pero no consiguen ascenderlo durante los 300 metros de subida, por lo que lo dejan en una terraza del cañón, en cuyo río pasó la noche.
Domingo 5 de abril
Llega el grupo de espeleosocorro pero la gendarmería le pide que se abstengan de acceder a la zona del siniestro.
Al mediodía se autoriza la llegada del grupo de rescate de la Guardia Civil, que llevaba días alertado en España, llegan al cañón, reconocen al cadáver y al inicialmente herido, que creen que había fallecido la noche anterior. Llevaba, dicen, más de siete días accidentado en una zona donde la temperatura ronda los 5 grados.
Lunes 6 de abril
Los cadáveres quedan en la parte alta del cañón a la espera de su traslado en helicóptero, lo que ocurre el martes 7 de abril, "nueve días después del accidente, cuatro tras ser localizados por sus compañeros y seis desde que se dio la alerta a las autoridades españolas y marroquíes".
Acompañado por su padre y por miembros de Club de Espeleología Lliberis, Juan Bolívar ha detallado en rueda de prensa los seis días que transcurrieron desde que se despeñaron por un barranco dos de los tres miembros de su expedición hasta que fueron rescatados.
De este grupo formaban parte Gustavo Virués, José Antonio Martínez y él, y fueron estos dos los que se despeñaron por causas a las que no encuentra explicación.
El primero en despeñarse fue Virués, que murió en el impacto, mientras José Antonio Martínez, quedó colgado en las cuerdas a metros del suelo y con heridas. "Cinco días después acudieron dos gendarmes con cuerdas a rescatarnos. Me dijeron que no tenían maquinaria y que todo sería a pulso. La camilla en la que pretendía rescatar a Martínez cayó al río con riesgo de que se ahogara. Al día siguiente, tras una noche en el agua falleció", ha explicado Bolívar, rompiendo a llorar y muy emocionado.
Los restos de José Antonio Martínez han llegado esta noche a Granada y los de Gustavo Virués a Chiclana, en la provincia de Cádiz.
Bolívar ha contado que de la expedición formaban parte seis personas, acompañadas de un guía local y que una vez en el barranco se dividieron en dos grupos de tres, "y nos despedimos hasta dentro de tres días", ha proseguido. "Nosotros tres caminamos juntos, tranquilos, durante muchas horas. No éramos un grupo que va de excursión, llevábamos todo punto por punto, dossier, un plano topográfico, que nos decía que a 500 metros que nos quedaban habría una cascada y a cinco metros un atajo", ha agregado Bolivar.
Una vez superada la cascada y hallada la pared, Gustavo Virués fue el primero en comenzar la escalada. Martínez desde abajo comenzó a darle la cuerda y él quedó abajo recogiendo el material de las mochilas.
«Piensas que es una película, que no es real»
Bolívar añadió que con el ruido de la cascada no se oía bien y que Martínez subió un poco para ver como iba Virués, si estaba todo bien, etcétera, y que después los vio hablando. "En un momento dado, que miras para abajo y te despistas, miras para arriba y ves a los dos cayendo. Ese momento es una película no piensas que sea la realidad", ha continuado Bolívar, rompiendo a llorar.
Virues falleció del impacto. "No tenía movimiento. Los ojos, blancos. Estaba muerto", ha dicho Bolívar, que vio que no podía hacer nada por él; y fue hacia Martínez, que estaba herido, le ayudó a desprenderse del arnés y lo bajó. "Le hice una especie de iglú en la nieve con toda la ropa que encontré, incluida la de Gustavo, ya que desgraciadamente a él no le hacia falta, y cubrí a José Antonio", ha comentado Bolívar, que ha incidido en que los siguientes días Martínez se recuperó y él todos los días le llevaba comida y agua.
Mandó mensajes "a todo el mundo", según ha señalado, esa misma noche. Así aguantaron seis días. Un día escucharon voces y eran dos personas con cuerdas, que identificó como miembros de la Gendarmería marroquí, que venían a rescatarlos. Con una camilla procedieron a sacar a Martínez, pero de un tirón de las cuerdas, cayó a la catarata. El español, según le dijeron los marroquíes, estaba vivo. Pero al día siguiente, tras una noche en el agua, falleció, ha explicado Bolívar, rompiendo a llorar de nuevo.
Medidas legales
Los compañeros de expedición de los montañeros fallecidos han anunciado que emprenderán medidas judiciales por el rescate llevado a cabo por la Gendarmería del país alauita, en tanto que consideran que fue una "negligencia".
Según ha considerado uno de los expedicionarios, y portavoz de la asociación de espeleólogos que organizó el viaje, José Morillas, deben aclararse las circunstancias del rescate de José Antonio Martínez, que falleció tras cinco días con vida después del accidente.
"Esto no se va a quedar así, queremos que se entere toda España de quiénes son los responsables de este asesinato cometido por las autoridades marroquíes y consentido por el Gobierno de España, y su principal responsable, Mariano Rajoy".
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