Rosa Díez capea la crisis interna y propone un congreso extraordinario tras las autonómicas

Díez comenzó hoy su discurso pidiendo perdón por la "falta de autocrítica" que, ha reconocido, hubo en la rueda de prensa que ofreció tras conocer los resultados de las elecciones andaluzas. En este sentido, ha considerado "necesario" analizar las causas, aunque ha insistido en que no dimitirá, un gesto que, ha asegurado, es un paso "fácil" pero que constituiría "el mayor daño que se le puede hacer al partido ahora". "Estoy dispuesta a resistir todo lo que haga falta", ha enfatizado.

Díez ha defendido posponer la estrategia del partido hasta después de las elecciones de mayo y se ha dirigido a sus mayores detractores, entre ellos los diputados que han pedido su dimisión, como Toni Cantó, Álvaro Anchuelo o Irene Lozano, para pedir calma. "Algunos de los que me quieren matar, me harían un funeral de lujo", ha ironizado.

Rebelión interna

Los pésimos resultados electorales se han convertido en la gota que ha colmado el vaso en una formación donde las voces críticas han ido en aumento desde el terremoto originado por el hasta entonces portavoz en el Parlamento Europeo, Francisco Sosa Wagner, quien criticó el sistema autoritario de la dirección del partido y pidió la unión de UPyD con Ciudadanos. Desde ese momento las voces críticas han ido en aumento, hasta estallar la pasada semana espoleadas por los resultados andaluces, que llevaron a personas otrora cercanas a Díez a pedir su dimisión.

Sin embargo, la líder de UPyD ha insistido en su discurso de hoy en criticar al partido de Albert Rivera, con quien se opone radicalmente a pactar. Así, ha recordado que UPyD no nació hace ya siete años "para hacer un chiringuito grande", sino para cambiar el país. "Creemos un partido para Dinamarca, pero en España", ha continuado Díez, que ha defendido comunicar mejor su mensaje a los electores y "no tratar de atraer a los que nunca nos han querido".