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Javier Varela
Viernes, 27 de marzo 2015, 10:51
Patrick Sonderheimer tuvo que asumir en el vuelo 4U9525 un papel que nunca hubiera pensado cuando hizo despegar el avión de Germanwings en el aeropuerto de Barcelona. El comandante que quedó fuera de la cabina, tras ir al baño, no pudo regresar a su puesto ... ya que el copiloto Andreas Lubitz bloqueó la puerta.
La grabación de la caja negra, según el fiscal, ha sido clave para saber que el comandante pidió a Lubitz que le abriera la puerta y que ante su negativa, intentara derribarla por la fuerza. Mientras su copiloto había accionado la palanca de descenso del avión por razones desconocidas, el comandante del vuelo utilizó un hacha para tratar de forzar la puerta blindada, según estas fuentes de la investigación.
Sonderheimer fue probablemente la persona que con más angustia vivió los últimos 8 minutos del vuelo de Germanwings, ya que al ver que Lubitz había bloqueado la puerta y el avión descendía rápidamente, debió percatarse del trágico final.
El comandante alemán, que se había formado en la Escuela de vuelo de Lufthansa, tenía nada menos que diez años de experiencia y acumulaba más de 6.000 horas de vuelo, la mayor parte de ellas en la matriz Lufthansa, a cuya filial de bajo coste, Germanwings, se había incorporado en mayo de 2014.
Anteriormente, Sonderheimer había trabajado en la aerolínea Condor, estaba casado y era padre de dos hijos. Según las declaraciones de un piloto jubilado al periódico alemán 'Bild', se trataba de un profesional "muy experimentado, uno de los mejores".
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