«La investigación podría prolongarse dos años»

Una vez ocurrido un siniestro, lo primero que hace la investigación de campo es «encontrar la aeronave completa». «Buscar que no haya ninguna parte elemental de la nave que haya desaparecido. Encontrar los extremos de los planos o la cola, pero en este caso está todo tan pulverizado que será complicado», explicó este funcionario en excedencia de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, donde fue miembro de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil.

Sin embargo, en opinión de Raúl Vicente, el importante despliegue de técnicos en accidentes y del propio fabricante Airbus permitirá determinar «si la nave estaba entera en el momento del impacto». Junto a esa labor en un terreno de difícil acceso y sobre el que se ciernen unas condiciones meteorológicas complicadas, «lo más importante es encontrar las cajas negras, dado que, al contener información tiempo antes del impacto, nos pueden decir por qué ha llegado la aeronave hasta allí».

Basándose en su experiencia en la investigación de accidentes, Raúl Vicente advirtió de que en el caso del A320 que cubría el trayecto Barcelona-Düsseldorf, por el momento «no se puede saber lo que ha pasado. Puede parecer un tópico, pero es que es así. Cualquier tipo de conjetura que hagamos ahora mismo es hablar por hablar». «Es imposible hacer cualquier tipo de hipótesis, porque cada accidente es un mundo y aunque algunas causas sean comunes, y son con las que más se trabaja, es imposible decir que esto ha ocurrido por algo en concreto».

Para este experto, que la tripulación del A-320 no comunicase a los controladores una incidencia antes de perder altura pudo deberse a que «tienen antes otras prioridades como es pilotar el avión, salir de esa posible emergencia que hayan tenido». En ese abanico de hipótesis sobre lo que ocurrió momentos antes de comenzar esos ocho minutos de descenso previos al impacto «puede que la tripulación estuviera inconsciente por una intoxicación del aire, lo que pudo ser debido desde una despresurización a que hubiera algún tipo de humo o algún producto extraño», apuntó Vicente.

En relación al estado en que quedó el avión, este experto matizó que no es la primera vez que al llegar a un siniestro «no se encuentra nada». Así, recordó que los mismos motores son «estructuras muy duras», para que en el caso de que haya una explosión «el fallo se contengan con su carcasa», lo que hace que siempre aparezcan sus restos. «Lo que ocurre en accidentes con mucha energía en el impacto, producidos a gran velocidad, es que normalmente acaba todo hecho añicos, como se ha visto en este caso». «Está todo pulverizado. Por eso habrá que esperar a las investigaciones», añadió.