Terrible vigilia en Castelldefels a la espera de la 'lista maldita'

El drama del 4U 9525 se ha trasladado con la caída de las sombras a dos hoteles de Castelldefels, la localidad costera del Bajo Llobregat, situada a doce kilómetros al oeste del aeropuerto, donde han sido ubicados los cerca de 150 familiares y amigos de las 45 víctimas españolas, después de haber sido atendidos durante todo el día en las instalaciones de El Prat por equipos de psicólogos. La mayoría de los familiares se concentra en el Gran Hotel Rey Don Jaime.

Será una vigilia larga en este moderno hotel de cuatro estrellas. Los familiares aguardan que la vicepresidenta de Lufhtansa, Heike Birlenbach, que sigue en Barcelona, cumpla su promesa y haga pública la lista oficial de las personas que finalmente embarcaron en el fatídico vuelo de Germawings. La compañía, le han explicado hasta la saciedad los técnicos, es legalmente la única que puede publicar el pasaje, de acuerdo con un reglamento europeo de 2010, que los familiares ya se saben de memoria.

Esos allegados y amigos, esperan, algunos con paseos nerviosos por los jardines de los hoteles, la "lista maldita" con la esperanza remotísima de que se produzca el milagro y la persona querida no cogiese a última hora el vuelo que unía esta mañana Barcelona con Dusseldorf.

Según fuentes de los servicios de atención a los familiares, la mayoría de los familiares ya se están haciendo a la idea de que van conocer en breve la "peor noticia de su vida". El desafío, comentan los expertos, ahora es que "digieran" que la identificación de sus familiares va a llevar varios días, sino semanas, y que todavía faltan muchas fechas para que puedan recibir los restos mortales de los pasajeros.

En los hoteles de Castelldefels, además, los expertos valoran esta noche, además, a quiénes de los familiares les será "beneficioso" aceptar la oferta del Gobierno catalán de viajar en autobús hasta Niza, a unos 160 kilómetros del lugar de la tragedia, para seguir 'en directo' las labores de rescate de los restos.

La mayoría de los familiares (sobre todos hijos, hermanos y padres de las víctimas) que se concentran en esos hoteles ha donado hoy muestras de ADN para poder facilitar la identificación de los restos mortales. Muchos de ellos, además, han pasado por el difícil trance de tener que describir físicamente a la policía científica a sus seres queridos y dar datos como la existencia de tatuajes para intentar acelerar estos trámites.