El mordisco de Suárez resucita en Copacabana

La brisa húmeda y caliente llega del mar hasta los colombianos, ingleses o alemanes que a franca carcajada posan con su hombro al descubierto, colocándolo bajo los dientes del héroe nacional de Uruguay, que con un milagroso doblete apenas un mes después de ser operado de menisco despidió a Inglaterra de la Copa del Mundo.

Las fotos y selfies de hinchas mordidos inundan en segundos las redes sociales. Pero miles de uruguayos con sus camisetas celestes también están llegando a Río para el duelo de este sábado contra Colombia en Maracaná. Pasean por la famosa calzada de la playa de Copacabana y cuando ven la escena, aprietan el paso y gritan de rabia, sin detenerse: «¡Vamo Uruguay carajo! ¡Aguante Suárez!».

Adidas ha suspendido toda actividad de promoción con Suárez durante el Mundial. Y este viernes, al ver que las fotos de su cartel publicitario en Copacabana se tornaban una broma, lo reemplazó por otro con la imagen del brasileño Daniel Alves.

El inglés Godfrey Branch, hincha desde niño del Liverpool, el club de Suárez con el que fue elegido mejor goleador de la liga inglesa (31 goles), consiguió retratarse mordido por el astro. «Suárez es mi jugador favorito, lo amo. Me divierte la foto, pero no estoy de acuerdo con lo que ha hecho, no tiene excusa», aseguró este informático de 44 años para quien la FIFA se quedó corta con su castigo.

Reynel Ramírez tiene 29 años y envuelto en una bandera colombiana acaba de sacarse una foto con el brazo dentro de la boca del ídolo celeste. «Me parece muy cómico. Soy seguidor de Suárez , pero es irresponsable de un jugador como él hacer esto», dijo este ingeniero al que de todos modos le hubiera gustado que el crack uruguayo jugase contra Colombia.

Entre la muchedumbre se pasea Facundo Nahuel, un argentino de 23 años lleno de tatuajes y aritos que aprovecha la multitud para ofrecer caipirinhas recién hechas en una bandeja. «Suárez me gusta mucho porque es un guerrero, porque suda la camiseta, porque da todo por la selección, por su país. El castigo es injusto», opinó este argentino que vive en Río mientras vende un cóctel tras otro, a seis reales (dos euros) cada uno.

Un joven uruguayo pasa con dos amigas, ve a los hinchas sacándose la foto y los insulta de rabia, sin detenerse. «Vamos a ganar sin Suárez y les vamos a callar la boca a todos, que la FIFA se vaya ya sabés adónde. Suárez era uno del equipo, pero quedan 22 depredadores», dice Martín de León, de 25 años, que desde hace cinco se gana la vida en Río como guía turístico.