El partido perfecto de Van Gaal
Análisis del España-Holanda por el exinternacional y entrenador Luis Milla
LUIS MILLA
Sábado, 14 de junio 2014, 00:28
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LUIS MILLA
Sábado, 14 de junio 2014, 00:28
España comenzó el Mundial con un varapalo durísimo, inesperado. El resultado es muy malo, pero lo peor es la forma de perder, la imagen dada. Sin duda, ambas nos hacen daño. Ahora la final se jugará ante Chile, que planteará un duelo similar al de ... Holanda, pero mi opinión es que La Roja sigue teniendo grandes jugadores que han superado situaciones similares. Merecen todo el crédito.
¿Cómo pudo darse semejante resultado? Intentaré explicarlo. Por un lado, España incidió demasiado en jugar por dentro y Holanda lo esperaba. Van Gaal metió en el medio a De Jong y De Guzmán que, con la ayuda de Robben y muchas veces Sneijder, impidieron que los centrocampistas españoles jugaran a gusto. Nadie pudo controlar y girarse. Los tres centrales salían y casi marcaban al hombre. Esto tiene su riesgo, porque dejas espacios atrás. De hecho, las opciones más claras de La Roja fueron balones directos a Costa. Pero Holanda apenas cometió errores. Estaba convencida; España no tanto.
Esto en defensa. En ataque, el equipo holandés siempre hacía lo mismo: o intentaba jugar por fuera con los laterales o lo hacía con balones largos a la espalda de los centrales españoles. Así llegaron sus dos primeros goles, aprovechando la calidad en el pase de Blind. Ramos y Piqué estaban demasiado lejos, y el error es intentar hacer el fuera de juego ante un futbolista que podía tocar con comodidad como Blind.
Con todo, la campeona del mundo se puso 1-0 y pudo hacer el 2-0. La sensación era que, sin acabar de jugar bien, se podía ganar. Pero en la segunda mitad España se viene abajo. Holanda hace su segundo gol y sobrepasa a nivel físico a su rival, ganando todas las disputas. Del Bosque mete a Pedro para jugar más por fuera, pero el equipo no acaba de decidirse a apretar arriba. Tampoco se repliega, y eso lo aprovecha el rival que, no olvidemos, tiene jugadores de gran calidad. Así, el La Roja se descompone porque cada ataque es una acción de peligro. El partido sale tal y como lo plantea Van Gaal. Es perfecto.
Más allá de la goleada, la sensación es mala. Para todos. Por su gesto con el banquillo, Del Bosque ya ha empezado a preparar psicológicamente la final ante Chile. E, insisto, su cuerpo técnico y el equipo merecen crédito. Basta con mirar su palmarés.
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