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Rodrigo Errasti Mendiguren
Sábado, 14 de junio 2014, 20:08
El seleccionador español, Vicente del Bosque, compareció en una rueda de prensa espontánea en el hotel de la concentración española en Cajú, como ya hiciera cuatro años antes en el Sport Village en Potchefstroom tras el inesperado 1-0 ante Suiza en el Mundial de ... Sudáfrica. «En una señal de normalidad, si tenéis alguna curiosidad. Estamos saliendo de una desazón de una derrota tan dura. No es una derrota definitiva, es parcial y ahora debemos pensar en los dos próximos partidos y sobre todo en el próximo que es Chile», habló con una sonrisa en la cara.
«Anoche me reía pero estaba cabreado por dentro, poco a poco y ser deportista. Esto es un deporte, como cualquier deportista que se supera ante la adversidad. Hemos cometido una cuestión deportiva que fue jugar mal el segundo tiempo, pelear con la cabeza arriba que es lo que nos corresponde», dijo.
Del Bosque, con las gafas colgadas de la camiseta y una carpeta bajo el brazo, subrayó su confianza en las opciones de su equipo de avanzar en el Mundial de Brasil, pese a la humillante derrota por 1-5 frente a Holanda. «Sí, tienen esa madurez para afrontar ese reto. Tenemos un reto mucho más que en el Mundial anterior. Los que tienen 30 años son más responsable que otros por mucho que hayan ganado. Es un tema de debate, hemos traído a 16 jugadores de los 23, que significa un 30% nuevos de un campeonato a otro. Ellos han participado en la consecución de la clasificación. Han llegado al final de la liga española, a cuartos de final de la Champions. Hemos traído porque tenemos el convencimiento de que son los mejores. No tengo la sensación de que son mayores. Quizá los 34 de Xavi pero 32 años no es una edad para no venir a un Mundial. No tenía la autoridad moral para dejarlos fuera, para traer a otros algunos de cuales habían fracasado en la Juegos Olímpicos. Hemos renovado trayendo a siete nuevos. Holanda ha renovado la parte de atrás».
Normalidad y templanza
El equipo técnico español recibió a la prensa como siempre. «La normalidad es lo mejor, asumir la victoria con calma y también asumir la derrota con paciencia y con templanza. El deporte te da oportunidades. Y ahora tenemos una oportunidad por delante y es Chile. No me gustaría que mi cara fuera distinta, que pareciera más enfadado. Quiero ser igual en la victoria y en la derrota y espero que ellos también lo sean. Nos tenemos que recomponer», aclaró antes de apuntar que no ve al grupo hundido.
Hizo un repaso a lo sucedido en el partido, que reconoció haber visto ya de madrugada como hiciera en Sudáfrica con el de Suiza. «Vi el mío y luego el Chile-Australia, que lo estuve viendo un rato, porque al final me quedé dormido y ha estado toda la noche la televisión puesta», dijo con simpatía. «Ellos en el primer tiempo estaban en el límite del fuera de juego y nos advirtieron del peligro en dos fueras de juego que les pitaron por muy poco. Nos cogían la espalda. El pase de Blind a Van Persie es perfecto, tenía que haber un futbolista ahí pero no siempre se pueden abortar los centros y Van Persie lo hizo muy bien. Ese ejemplo nos valió para el descanso, dos hombres con unos movimientos muy rápidos. Estaban preparados para meternos balones a la espalda, cosa que sucedió en el segundo gol».
Holanda y la playa
El entrenador habló tácticamente su futuro rival antes de reconocer que le preocupa la singularidad del partido de Chile sobre todo por la presión suicida que es muy peligrosa. «Habrá que ver el modo de combatir su forma de jugar» de sus futbolistas, que estima «avezados y sabrán aislarse». Eso sí, no quiere que sus jugadores estén aislados de unas críticas que sabe dependen del resultado. «Ahora mismo que estés en el mundo están en contacto con la actualidad, merecemos esa crítica desde el respeto. Estamos aislados pero sabemos lo que sucede en la rueda de prensa y en España. No os dejamos entrar en el hotel porque sería un caos, pero por mí no habría problema en que entrarais. Es normal que haya crítica ácida contra nosotros. Cada uno es libre de escribir lo que quiera con toda la razón. Estuvimos mal, estaría fuera de lugar si no lo hicierais si nos pasa lo de ayer, pero el que gana puede ir donde le de la gana que no le pasa nada», apuntó sobre la concentración holandesa. Lo de Busquets lo dije en su momento y era un recién llegado, un novato a la selección. No quiero reencarnarme en nadie más», dijo sacando la sonrisa hasta el traductor.
Del Bosque avisó que puede que haya «algún cambio tras el bache». «No queremos precipitarnos ni tomar decisiones precipitadas quedan días para prepararnos. No sería señalar a nadie, los 23 que hay están todos dispuestos para jugar. Es un torneo corto, buscaremos la mejor solución como siempre. Teníamos perfectamente valorado lo que significaba jugar contra Holanda, no hemos engañado a nadie. Nosotros en voz y ellos también sabían lo que tenían que hacer. El mayor peligro eran los balones a la espalda pero esa opciones no fuimos capaces de abortarlas. No soy partidario de hacer mucha herida cuando veo un problema. En el primer tiempo no estuvimos brillante, pero creo que tocamos la pelota, nos adelantamos y todo marchaba decentemente ya que nos adelantamos pero desde el segundo gol nos desorganizamos. Estuvimos tan desordenados que sufrimos un duro castigo. Ellos son conscientes de lo que han sucedido», recalcó.
Goleados por las prisas
El técnico reconoció que es algo que debe mejorar el equipo, que parece no saber vivir con el resultado en contra. «Nos ha pasado con anterioridad algunas veces, porque de 90 y tantos partidos que hemos disputado hemos ganado 80, pero cuando nos hemos puesto en contra y cuando queremos hacer las cosas muy deprisa a veces nos desorganizamos como ya nos pasó en Lisboa (4-0), Argentina (4-1) y esta serían las tres veces. Seguramente estamos malacostumbrados de ir con los partidos a favor, debemos estar preparados para la adversidad. Lisboa, Argentina en ese afán por querer buscar el resultado rápido nos desordenamos y perdemos esa agresividad. Puede ser». Negó que a Diego Costa le afecte el ambiente: «En España también le pasa y está acostumbrado».
Y de repente contó lo que observó al regresar a la caseta. «Creo que no desvelo nada pero Iker dio una prueba de su capitanía y compromiso, y cuando llegué de la rueda de prensa estaba hablando con todos en medio de un silencio solemne. Se autoinculpó de algunas cosas, que eran culpa de todos, pero puso la base de la futura recuperación. Actuó de capitán, llegue al final pero me pareció ude su discurso positivo, majo y útil», desveló.
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