NajwaJean, en tierra hostil

Con las bajas, quienes contemplaban la actuación en posiciones retrasadas pudieron adelantar posiciones poco a poco, hasta llegar a las primeras filas. Y parece que, para seguir fiel a la tradición, Najwa Nimri, que no había tenido suerte en las actuaciones anteriores que ofreció en Logroño, estaba incómoda en las primeras canciones, pidiendo continuamente modificaciones en el sonido y la iluminación. Pero, al margen de la sensación que tuviera la actriz y cantante, el concierto fue muy interesante. Como necesita este estilo musical, creó una atmósfera propia, y además lo hizo en un territorio hostil, sin que la gente pusiera demasiado de su parte para concentrarse. Ella misma reconoció que no está acostumbrada a actuar ante tanta gente.

El público sólo pareció reaccionar ante las bases más potentes y discotequeras que proporcionó Carlos Jean, con fuertes sonidos que golpeaban los tímpanos, y ante el par de canciones más célebres del dúo. Una fue Dead for you, del primer disco, popular por ser la sintonía del programa de televisión Versión española y que sonó al principio. Hay que reconocer que esta pareja artística realiza una propuesta moderna e inteligente, proporcionando una base musical contundente junto a una voz sensual y atractiva. Otra buena canción fue Human monkeys, banda sonora de la película Guerreros. Conforme avanzó el concierto, Najwa Nimri fue entrando y centrándose más en el mismo, bromeando con el público («¡No os vayáis!», llegó a pedir) y enalteciendo a las primeras filas con bailes exagerados pero efectivos.

Uno de los álbumes que tuvieron más protagonismo en el listado de canciones fue Till it breaks, con temas magistrales en los que Najwa Nimri incluso hizo un alarde de distintos registros de voz, como en la preciosa Crime. NajwaJean acabó ofreciendo un fantástico concierto de un estilo minoritario para una mayoría y fue casi una lección musical, algo que difícilmente se podrá volver a ver en la plaza del Ayuntamiento de Logroño. Quizá no era ni el momento ni el lugar, pero lo resolvieron bien. Hasta el repertorio pareció el justo, porque el experimento duró apenas una hora y diez minutos, algo que para quienes estaban disfrutando resultó demasiado breve.