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J.C.
Viernes, 4 de noviembre 2016, 19:11
Los adjudicatarios de los huertos de ocio -también llamados sociales- que lindan al arroyo que trae las aguas residuales de Oyón -que discurre paralelo al barranco del mismo nombre, y que tampoco está exento de problemas por su condición de inundable- ya han dado ... la voz de alarma. «Hay días en que el olor llega a ser insoportable», pone de manifiesto Francisco Ochoa, logroñés con la parcela más cercana al punto donde salen los vertidos a la luz, usuario desde hace un año.
La situación es tal que, «visto lo visto, oído lo oído y según lo que está ocurriendo estos días», desde la asociación de usuarios de las huertas de El Campillo, concretamente de su primera fase, se van a poner en contacto con el Ayuntamiento de Logroño. Así lo confirma el presidente del Consejo de la Huerta, Ignacio Argandoña. «Ahora es cuando más se está hablando de ello y lo cierto es que los usuarios quieren saber», expone. Ochoa, viene a darle la razón, pues según cuenta «no sabíamos nada, ni de dónde venía; simplemente que por ahí pasa un arroyo que huele mal... muy mal».
Desde la Administración local ya se adelanta que, para la puesta en marcha del proyecto de huertos, se realizó el correspondiente estudio para comprobar que el acuífero del que se abastecen no está afectado.
Desde Amigos de la Tierra de La Rioja, Juan Donaire, coordinador regional, entiende que ante tales problemas nadie puede permanecer «de brazos cruzados». «Hay que movilizarse... y denunciar, sobre todo denunciar», concluye.
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