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J. C.
Sábado, 16 de abril 2016, 22:45
Sucedió las pasadas navidades. Personal del centro observó las maderas 'combadas' de varias de las puertas acristaladas de los armarios que almacenan miles de volúmenes en planta baja y, tras escuchar algún que otro ruido extraño, arquitectos de la Administración regional optaron por apuntalar la ... zona bajo la galería alta por la que se accede mediante una escalera de caracol.
El resultado, poco estético en una de las joyas del instituto junto al legado del doctor Zubía, sirvió para cerrar la parte sur y delimitar y habilitar una 'banda' en la que se empezó a trabajar en el inventariado y almacenaje de fondos para su traslado provisional durante las futuras obras, en el que ha participado incluso el IER. Ahora, por ejemplo, se está con los mapas.
La biblioteca, tras varios meses apuntalada, sería el 'peor' ejemplo de un deterioro que suma y sigue. «Lo que no se arregla definitivamente, sólo va a peor indefinidamente», explica el director del IES, quien habla de la existencia de termitas pues tal espacio fue tratado en 1992 y de ello ya han pasado algunos años.
La biblioteca, creada en 1850, cuenta a día de hoy con 33.000 volúmenes -1.440 de ellos incluidos en el Catálogo Colectivo del Patrimonio Bibliográfico Nacional- de los que 4.000 serán seleccionados por el profesorado para hacer uso de los mismos en las nuevas dependencias de Luis de Ulloa. Los restantes, junto al patrimonio, serán almacenados en el citado Archivo General.
La mudanza patrimonial, que requerirá tiempo, asegura que, aunque ya sin alumnos, el centro siga con actividad en su interior hasta el inicio de las obras. De hecho, el salón de actos se seguirá usando mientras se pueda y este octubre será cedido.
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