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MARCELINO IZQUIERDO VOZMEDIANO
Sábado, 4 de julio 2015, 23:22
logroño. Aunque el actual IES Sagasta no abrió sus puertas a la docencia en el curso 1843-1844 como Instituto Provincial de Segunda Enseñanza de Logroño, su fundación data de octubre del año anterior. La polémica suscitada por Ciudadanos, sobre su posible traslado al antiguo colegio de los Hermanos Maristas, trae a la palestra a este centro educativo que ha sido -y sigue siendo- foco académico y cultural de La Rioja y su capital.
Gracias al empeño personal del general Espartero, el recién inaugurado centro educativo ocupó el antiguo convento de los carmelitas descalzos, que había quedado vacío tras la desamortización de Mendizábal. Las dependencias monacales estaban rodeadas de un enorme vergel, en lo que hoy es la Glorieta del Doctor Zubía.
El monasterio de la orden del Monte Carmelo había sido levantado a extramuros de la ciudad en el siglo XVII, frente a los llamados Muro del Siete (hoy Muro Cervantes) y Muro del Carmen. Sin embargo, en la última década del siglo XIX, ante el irreversible deterioro del convento, el edificio tuvo que ser derribado. Las obras del nuevo centro de Enseñanzas Medias arrancaron el 20 de abril de 1895 sobre el recién allanado solar.
El arquitecto municipal logroñés Luis Barrón fue el encargado de proyectar los planos del nuevo instituto, que fue solemnemente inaugurado el 21 de septiembre del año 1900, festividad de San Mateo.
Un cementerio bajo el IES
Una nota realmente curiosa: bajo los cimientos del actual IES Sagasta permanecen alrededor de doscientas tumbas de religiosos carmelitas, que el arquitecto Barrón quiso respetar. El convento de los carmelitas descalzos había atesorado una enorme importancia a lo largo de sus 180 años de existencia, tanto dentro de la orden del Monte Carmelo como en la vida de la propia ciudad. En su libro 'El muro y la noria', el historiador Felipe Abad León incluye las biografías, más o menos cortas, de los 700 padres carmelitas que vivieron y, muchos de ellos, murieron en Logroño entre 1628 y 1808.
De esta forma, bajo la iglesia del Carmen -punto neurálgico del convento- eran inhumados los frailes a medida que fallecían, tanto en las capillas laterales como en otras zonas del templo, así como en los claustros.
Los últimos enterramientos están datados en 1808, ya que cuando las tropas de Napoleón entraron en la capital, expulsaron a los monjes y convirtieron el convento en cuartel. Tras la Guerra de la Independencia, los carmelitas volvieron a levantar el edificio, que había sufridos graves daños, pero su labor no duró demasiado. La citada desamortización de Mendizábal obligó a los religiosos a abandonar definitivamente lo que había sido su hogar, una medida que coincidió en el tiempo con el proyecto para crear el Instituto de Segunda Enseñanza, todo ello mientras en España se libraba la I Guerra Carlista.
Marqués de la Ensenada
Casi un siglo más tarde, hacia 1959, el centro educativo fue bautizado con el nombre de Marqués de la Ensenada, en honor al político riojalteño. Pero como tal denominación coincidía con el homónimo Instituto de Haro, en el año 1975 fue renombrado como Práxedes Mateo Sagasta. Y ahí sigue, irradiando docencia y desafiando a quienes pretenden buscarle nuevos cometidos.
Después llegarían otros centros de educación superior con nombres de otros riojanos ilustres, que compartirían ciudad y alumnos: Hermanos Delhuyar, Escultor Daniel, Tomás Mingot, Duques de Nájera, Inventor Cosme García...
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