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Sanda Sáinz
Jueves, 20 de abril 2017, 17:38
Ángel González y su mujer María del Mar Jiménez residen en Préjano y se dirigían ayer a Castejón (Navarra) cuando fueron testigos directos del accidente mortal de los dos camiones pesados ocurrido en la N-232 en el que fallecieron los dos conductores.
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El coche ... del matrimonio se incorporó a la carretera general en Rincón de Soto y circulaba detrás de una furgoneta que se desvió en Alfaro. A partir de entonces tuvo delante a uno de los camiones implicados.
«En una de las salidas parecía que se iba un poco hacia la derecha, como para tomarla pero siguió por la nacional», indica Ángel, quien no dio mayor importancia a este hecho.
No pasó mucho tiempo después cuando ocurrió la tragedia. Poco antes de comenzar el desdoblamiento del carril de subida que se encuentra a la altura del campo de fútbol de La Molineta de Alfaro vieron que el camión se iba hacia la izquierda invadiendo parte del lado contrario.
«En un segundo se fue al otro carril, como el que va a adelantar o a incorporarse, pero sin poner el intermitente y sin bandazos ni brusquedad. De repente, vimos una explosión y fuego. Hizo la tijera con el remolque y quedó cruzado», explica Ángel. Ese fue el momento en que chocó frontalmente contra el tráiler que circulaba en el otro sentido.
«Tanto el camión como nosotros íbamos a una velocidad prudencial y manteniendo las distancias por lo que pudimos frenar al ver el impacto y echar marcha atrás. Entonces hubo otra fuerte explosión y, a lo lejos, por nuestro carril vimos que venía un camión de butano», dice María del Mar.
Llamaron al 112 y no tardó en llegar la Guardia Civil. «A esa hora, antes de las siete de la mañana, era de noche y todavía no había mucho tráfico pero si llega a ser más tarde o si el camión de butano hubiese estado más cerca podría haber sido bastante peor», asegura. Al rato se escucharon otras detonaciones, esta vez de los neumáticos, según comentaron otros conductores a Ángel y María del Mar. La pareja se dirigía a Castejón para coger un tren a Barcelona con la intención de reunirse allí con un cliente y regresar el mismo día. Al ser los testigos principales permanecieron en el lugar a petición de la Guardia Civil y más tarde pudieron continuar su viaje en otro tren.
En cuanto al vecino de Mataró que consiguió salvarse de la tragedia, el matrimonio aseguró que no lo vieron ya que nadie podía acercarse por las intensas llamas. María del Mar se mostró muy asombrada al enterarse: «Me parece un milagro que haya habido un superviviente, era todo una bola de fuego».
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