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María Félez
Lunes, 20 de febrero 2017, 22:04
Julia había trabajado con anterioridad. Llegaron los peores años de la crisis y con 47 años se dio cuenta de que no quería quedarse en casa. Su despertador sonaba cada mañana a las siete y media de la mañana. Quería encontrar empleo y lo hizo ... de una manera activa. A los pocos meses empezó a tener las primeras pruebas de selección y a los siete meses ya estaba trabajando. Ahora es ella la que se ocupa de seleccionar a personal ya que es responsable de recursos humanos del Complejo Castejón de Navarra que además se encarga del personal de restauración de Senda Viva.
«Me planteé que la búsqueda de trabajo se convirtiese en un propio trabajo: me levantaba a las siete y media de la mañana y para las ocho y media ya estaba delante del ordenador, buscando teléfonos, leyendo sobre las empresas a las que iba a entregar los currículum...», explica Julia Sánchez, esta calagurritana, también madre de dos hijas.
«Recuerdo que me hice con los libros del Club de Marketing de La Rioja y Navarra y me los empollé desde la primera página hasta la última», recuerda. «Me sabía las empresas de la zona, los departamentos de cada una, si mi perfil encajaba o no», comenta. «Decidí que no quería enviar currículum, que quería presentarlos yo misma porque la que mejor podía defender mi currículum era yo», explica Julia que llegó a pasar por un total de 59 entrevistas personales de las que se siente muy orgullosa. Ni siquiera los sábados descansaba en la búsqueda. «Me planteé empresas que estuviesen a 100 kilómetros a la redonda y aunque prefería algo que tuviese relación con los Recursos Humanos decidí que no me iba a quedar en casa si me salía trabajo de otra cosa, vengo de una familia de agricultores y he madrugado mucho para ir a coger verdura; no se me caen los anillos», asegura.
En septiembre del 2014 comenzó a trabajar en su actual puesto de trabajo. Ahora es ella la que se encarga de seleccionar a gente para diferentes puestos de trabajo y, además, acude a la Escuela de Idiomas por las tardes. La cuestión es no parar ni un minuto y seguir formándose por si las circunstancias vuelven a ponerse complicadas. «Con la edad que tenía pensaba que iba a ser casi imposible encontrar nada pero lo convertí en una virtud cuando me di cuenta de que la edad de mis hijas me proporcionaba una libertad de la que la gente más joven no puede disponer», comenta Julia. Ella lo lleva grabado a fuego: «No consigue más quien más puede sino quien más quiere»; ella lo cumplió a rajatabla.
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