«Acababa de casarme y se te viene el mundo encima»

«Es lo que tienen las multinacionales, de repente deciden cerrar y no hay nada que hacer, aunque por lo menos las salidas son siempre en mejores condiciones que los trabajadores de las empresas pequeñas.

A partir de ahí no te queda más remedio que tratar de tirar para adelante. Yo tuve suerte, porque al poco tiempo me llamaron de Permolca y estuve trabajando allí cinco o seis meses; después me coloqué de comercial en el sector de construcción y por la crisis, opté, al jubilarse mi padre y dejar las viñas, por aprovechar las ayudas del Gobierno de La Rioja a los jóvenes agricultores y dedicarme a la viticultura.

Pese a haber pasado ya diez años, la noticia de Altadis te hace rememorar lo mal que lo pasaste, pero, aunque no es fácil, yo les aconsejaría que tengan esperanza, que claro que es un golpe muy duro, pero que hay vida después de esa empresa. Aunque la situación económica es hoy peor y La Rioja se está quedando sin tejido industrial, no les queda otra que luchar y buscarse una salida en el sector que puedan».